10 ideas para que seas más feliz por la vuelta al trabajo
Hace unos años una empresa se puso en contacto conmigo para que impartiese un programa con el objetivo de que sus trabajadores se volviesen más felices por su llegada al trabajo después de sus vacaciones.
Esto me pareció a mí crear un problema donde esencialmente ninguno existía. Luego, empecé a investigar y encontré estudios serios y también muchas bobadas escritas sobre tales temas como “el andar triste post-vacacional” y “blues por la vuelta al trabajo”. Todo esto me pareció muy acorde con la tendencia reciente de inventar otra enfermedad mental más donde durante años no existía absolutamente nada.
Hay un peligro inherente en esta actitud, la cual – aunque impulsada por buenas intenciones – corre un auténtico riesgo de infantilizar a la plantilla creando la condición de impotencia adquirida y producirá víctimas, no héroes.
Si te deprime un poco la vuelta al trabajo – ¡es lo que hay, supéralo ya!
Primero, sal de la burbuja de tu “universo-centrado-en-mí”: mis problemas, mis necesidades, mi vida, mi sufrimiento, etc. y obtén una percepción o perspectiva más útil. Una manera realmente muy efectiva de deprimirte es dedicar tu tiempo a repasar el mismo tema una y otra vez, especialmente si es un tema del tipo “pobre de mí”, “no es justo”, “odio mi trabajo”; “¿Por qué tienen que acabarse mis vacaciones?”
Algunas ideas que he incorporado en mi propia vida:
- No hay buenos ratos sin los malos ratos: Examina cualquier aspecto de tu vida que vale la pena y verás que no podemos apreciar lo bueno si no hemos experimentado lo “no tan bueno” por no decir los ratos malos. Aprecio la felicidad porque sé que es impermanente y sé que si intento agarrarme a ella demasiado, simplemente se evaporará. Aprecio aquellos momentos verdaderamente felices en mi vida porque sé cómo se sienten los momentos infelices. Una pre-condición imprescindible a la felicidad es la existencia de la infelicidad.
- Mi felicidad y bienestar es mi responsabilidad: Mi bienestar y felicidad son demasiado importantes para que conceda esa responsabilidad a otra persona u organización. Cada vez que permitimos que alguna otra persona u organización nos haga infelices, hemos regalado nuestro poder. Hemos concedido la responsabilidad de nuestra felicidad y bienestar a alguien a quién simplemente no le puede importar tu felicidad tanto como a ti. Míralo con una elección; no des tu poder a otros.
- Ten algo de perspectiva: el hecho es que tenga increíble suerte no sólo por estar vivo y poder apreciar el milagro de la vida, sino que además tengo la gran buena fortuna de encontrarme en el pequeño porcentaje realmente privilegiado de la raza humana que vive en el mundo desarrollado en la parte más maravillosa – Cantabria, en un país maravilloso – España. Todas mis necesidades de supervivencia están satisfechas: tengo suficiente comida, agua, seguridad, techo, salud; todo lo demás es un “bonus”, un extra. Todos somos tan sumamente afortunados por haber nacido y vivir dónde vivimos.
- Acepta la realidad: Si no tuviera trabajo, no podría permitirme el lujo de tener vacaciones. ¡No puedo tener una cosa sin la otra!
- Que disfrute o no disfrute de mi trabajo es totalmente mi propia decisión: Yo personalmente tengo que viajar mucho por mi trabajo. Vivo en una casa preciosa y tengo una maravillosa familia en Cantabria y a veces, echo de menos no estar en casa. No me paso el tiempo quejándome ni deprimiéndome ya que esto me haría aún menos feliz; sino que elijo involucrarme totalmente en lo que estoy haciendo en el momento. Es decir, elijo conscientemente disfrutar de mi trabajo.
- Adopta una actitud de agradecimiento: La vida es una aventura y el universo nos envía constantemente problemas para que los resolvamos. Una vez hayamos aprendido una lección, pasamos a la próxima. Si no aprendemos la lección, tenemos que repetirla. Cuando pasamos nuestro tiempo quejándonos, cerramos la puerta al aprendizaje y nos encontramos atascados en la repetición en vez de avanzar.
- Mi trabajo tiene un impacto positivo en mi familia y en otros: Todos marcamos una diferencia en este mundo – lo queramos o no. Mi trabajo ha significado que mis hijos han podido ir a la universidad, tener vacaciones, poder practicar deporte, etc. Estoy agradecido por mi trabajo.
- Cambia tu historia: Sufrir o no sufrir o en el trabajo u otra situación depende en gran parte de la historia que nos contamos a nosotros mismos sobre nuestras vidas. Si la historia describe una vida de víctima, el sufrimiento está garantizado. Ser víctima es una de las historias más desagradables de todas las historias posibles a nuestra disposición. El hecho es que seguirás estando en tu puesto de trabajo de todas formas, sólo que muy infeliz por ello. Así que si vas a estar en tu lugar de trabajo de todas formas, ¿por qué no elegir una narrativa que te apoya? ¿Por qué no emplear algunas de las ideas citadas u otras que te podrían ocurrir para que disfrutes más de la experiencia del trabajo?
- Recuerda que marcas una diferencia: Verdaderamente examina tu trabajo. Reconoce la diferencia positiva que marcas en tu empresa y en el mundo en general. Puede que no te parezca tan obvio en los principios; pero piensa, puede que tenga que ver con ayudar a un cliente a resolver un problema, apoyar a un amigo en su trabajo, alegrar la vida a otra persona. La vida es demasiada corta para malgastarla quejándote. Elige asumir la responsabilidad de tu propio bienestar y felicidad.
- Evita compañeros de trabajo tóxicos: Según el dicho no podemos elegir a nuestra familia. El lugar de trabajo es parecido ya que muchas veces no elegimos nuestros compañeros de trabajo. En cualquier lugar de trabajo, siempre hay aquellas personas que tienen como misión hundir a los demás. Son maestros en apretar los “botones” de las otras personas; dedican sus vidas a ver el agujero y no el “donut”. Me recuerdan a la polilla de Madagascar que se alimenta de lágrimas. Evítales o si esto no es posible, busca estrategias (con otros compañeros de trabajo más positivos) para gestionarles. Si quieres ideas sobre esto hay información en internet o envíame un email y te enviaré unas ideas.
Coge las riendas de tu vida. Pregúntate: ¿Soy víctima o héroe? Las víctimas se quejan. Los héroes asumen responsabilidad y buscan soluciones.
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