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marzo 17, 2022
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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Una vida más sencilla significa: desplazarme lo justo cada día; ver menos para poder ver más; hacer menos para poder hacer más; adquirir menos para poder tener más.
– Jon Kabat-Zinn –
Cada semana hablo y trabajo con personas que “lo han conseguido” en un sentido material; han adquirido las cosas que creen que causan la felicidad (esto como resultado del lavado de cerebro): coches, aviones, casas, vacaciones exóticas, ropa, relojes, joyería “de diseño”. Sin embargo, a pesar de esta riqueza material, muchos sienten una especie de vacío o sospechan que tiene que haber algo más.
Nuestro sistema educativo no está ahí para servir tu deseo por una vida feliz, creativa y llena de propósito. Así que no nos enseñan las cosas que necesitaríamos saber para vivir de tal manera. Para la mayoría, el sistema educativo es simplemente suficiente para convertirnos en ciudadanos maleables y obedientes (con una capacidad limitada para el razonamiento analítico); buenos empleados y buenos consumistas. Nada más terminar nuestra educación, nos inducen a una vida de actividad compulsiva y frenética, además del acúmulo interminable de “cosas”. Muchas personas sobornarán, engañarán y robarán para conseguir cierto estatus sin pensar en el sufrimiento que podrían causar a otros. Por tanto, pasamos nuestras vidas corriendo de un sitio para otro, adquiriendo una cosa tras otra. Nos han lavado el cerebro para creer que nuestro valor depende de cosas. Nos centramos en lo que hacemos, en lo que tenemos, en vez de centrarnos en quiénes somos, que es más importante. Buscamos la validación, sentido, satisfacción y la felicidad fuera de nosotros. Irónicamente, estas cosas que buscamos ya se encuentran dentro de nosotros; nuestro trabajo consiste simplemente en aprender a quitarnos a nosotros mismos del medio para experimentarlo.
Los resultados de esta manera de vivir (en nuestra sociedad consumista y egocéntrica) se encuentran alrededor de nosotros e incluyen tales aspectos como: una terrible desigualdad lo que resulta en sufrimiento nada necesario, guerras, calentamiento de la tierra producido por el hombre; la xenofobia, la infelicidad y la destrucción del único planeta que tenemos.
Las personas que ya tienen muchísimo más de lo que necesitan o de lo que podrían utilizar en una vida, continúan en piloto automático inconsciente, acumulando más y más, inflando sus egos, mientras se hacen a sí mismos y a otras muchas personas infelices en el proceso.
Hay mucho en juego; no estamos hablando sólo de tu felicidad personal, sino también del futuro de nuestra especie y del planeta. Así que, ¿qué puedes hacer?
Vivir de forma más sencilla
Vivir de forma sencilla significa saltarse la creencia de que para ser feliz y tener éxito necesitamos vivir una vida frenética, siempre distraídos; una vida llena de un trabajo acelerado, estrés, consumo llamativo; perseguir riqueza material y reconocimiento externo de por sí.
Vivir de forma más sencilla rechaza los estilos de vida de alto consumismo materialista y afirma una vida más simple con mayor propósito. Rechazar el consumismo surge cuando nos damos cuenta de que nuestro consumismo predominantemente occidental está destruyendo nuestro único hogar: la Tierra. El consumismo elevado claramente no es nada ético en un mundo con gran necesidad humanitaria. El propósito de la vida no es simplemente consumir y acumular un exceso de cosas materiales. La extravagancia y la codicia son en realidad una pérdida ignorante y desafortunada de la vida y no dignas del estatus social y admiración que atraen actualmente. La afirmación de la sencillez surge del reconocimiento de que se requiere muy poco para vivir bien – El hombre rico no es el que tiene mucho, sino el que menos necesita.
La abundancia es un estado mental, no un acúmulo de cosas materiales, lo que simplemente resulta en un deseo de tener aún más cosas materiales. El progreso personal y social se mide no por la demostración llamativa y hortera de riqueza o estatus, sino por incrementos en la calidad y riqueza de la vida cotidiana, desarrollar nuestras relaciones; el desarrollo de los aspectos intelectuales y espirituales de nosotros mismos. Atributos de la vida simple incluyen una reverencia y respeto por la naturaleza; un deseo por la auto-suficiencia; comprometernos con un “consumo mindful”; poner la creatividad y la contemplación por encima de las posesiones; una preferencia por el minimalismo y funcionalidad. Vivir de forma sencilla surge cuando asumimos la responsabilidad individualmente y en conjunto del empleo inteligente de los recursos de nuestro planeta para el beneficio de todos los seres.
Duane Elgin (un defensor destacado de vivir de forma más sencilla) ha definido la vida sencilla como “una manera de vivir que es simple externamente pero rica por dentro; una elección deliberada de vivir con menos en la creencia de que la vida nos devolverá más vida en el proceso.”
Si queremos cambiar el mundo, tenemos que dejar de creer que estamos poniendo suficiente de nuestra parte cuando reciclamos nuestra basura. Necesitamos convertirnos en el cambio que queremos ver.
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