alert title

alert text

Tres ideas para 2019

Foto destacada de la publicación

Geoffrey Molloy

Respetuosamente  sugiero las siguientes tres cosas para aumentar tu experiencia de ecuanimidad, conexión y bienestar para 2019 y el futuro. Simplemente  fíjate Érase una vez un gran maestro espiritual famoso en todo el mundo por la paz que transmitía. Llevaba muchos años enseñando pero de repente se puso de moda; se volvió famoso – dos […]

enero 3, 2019

BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá

no comments

Respetuosamente  sugiero las siguientes tres cosas para aumentar tu experiencia de ecuanimidad, conexión y bienestar para 2019 y el futuro.

Simplemente  fíjate

Érase una vez un gran maestro espiritual famoso en todo el mundo por la paz que transmitía. Llevaba muchos años enseñando pero de repente se puso de moda; se volvió famoso – dos cosas que no le atraían en absoluto; él simplemente quería enseñar. Caía especialmente bien a profesionales jóvenes con más dinero, mejor formados que seguían la moda.

Esta noche en particular hubo gran emoción en el auditorio – con gran expectativa. Todas las personas más de moda estaban ahí. Todos querían un mensaje profundo, un atajo, un truco para que pudiesen sentirse más felices con sus vidas porque aunque tenían mucha pasta y todas las cosas que les habían enseñado que debería de tener, muchos sentían que les faltaba algo. Seguían experimentando un sentido de desconexión, de vacío. Parecía que independientemente de cuántas cosas novedosas se habían comprado,  o cuántos lugares exóticos habían visitado, simplemente no podían soltar la sensación de que tenía que haber otro sentido para la vida; esto no les dejaba en paz. Así que todos habían acudido hoy a escuchar al maestro para encontrar una respuesta.

El maestro empezó a hablar de su manera sabia y encantadora y no llevaba mucho tiempo hablando cuando los profesionales jóvenes empezaron a irritarse y gritaron, “¿No se da cuenta de que somos personas muy ocupadas, muy importantes, lo que significa que no tenemos tiempo para escucharte hablar y hablar? Todo lo que necesitamos de ti es algo corto y efectivo: una simple palabra o frase brillante o técnica que se pueda hacer rápido pero que tenga un impacto más profundo y positivo nuestras vidas. Danos sentido, danos propósito”.

Todos se quedaron sentados, confiados en que el maestro estuviese a punto de decirles algo muy profundo, interesante y con esperanza, algo ingenioso también. Después de reflexionar un rato, el maestro alzó la mirada y simplemente dijo: “Fíjaros… Fíjaros en vuestras vidas.”

Todos los profesionales ahí se indignaron. “¡Haberme desplazado todos estos kilómetros y haber pagado todo este dinero para escuchar tales bobadas! Soy una persona muy ocupada, soy muy importante. Necesito algo práctico!” Sin verdaderamente entender la razón, se enfadaron mucho y en una ola de ira e indignación se levantaron y mataron al maestro. Luego todos volvieron a sus vidas de consumo llamativo molestados por tantas bobadas, esperando que un día encontrarían el atajo, el truco mágico para que se sintiesen mejor. Todos murieron todavía en esta espera.

El verdadero cambio ocurre cuando cambiamos nuestra percepción. Nuestra vida no cambia antes de que nos fijemos en qué se necesita cambiar. Estate presente en tu vida. Fíjate en tu vida. Responde en vez de reaccionar.

Sé agradecido/a

Otro maestro contaba el siguiente cuento a su alumno:

Un monje budista paseaba un día por la montaña cuando de repente apareció un tigre que le persiguió hacia el borde de un acantilado. El monje, en su misión de escaparse del tigre corre al borde del acantilado e intenta descender pero ve a unos 5 metros hacia abajo otros cinco tigres esperando para comerle.

Así que el monje está ahí, colgado, agarrado a una raíz esperando a la poca posibilidad de poder escaparse o a su muerte inminente. Explorando sus opciones se gira de lado y se fija en una fresa. Sonríe. “¡Qué fresa más hermosa!” se dice a sí mismo. La coge y la come.

El alumno esperó a que su maestro siguiese con el cuento pero estaba claro que el maestro había terminado. “¿Ya está? ¿Así se termina el cuento?” exclamó el alumno. “¿El monje a punto de estar comido por tigres va y coge una fresa y se la come?” “¿Cuál es la moraleja?”

El maestro respondió: “la lección es conocer y abrazar la experiencia de estar vivo. Tienes que sentirte vivo cada segundo de estar vivo.”

El alumno respondió: “Pero, maestro, todos están vivos mientras están vivos.”

“No”, respondió el maestro. “Lo importante es la experiencia de sentirse vivo en cada momento, en cada experiencia – buena y mala. Tenemos que sentirnos vivos cada segundo que estamos vivos y no simplemente existir y vivir nuestros días.”

El alumno, confuso cuestionó a su maestro. “Pero todo lo que está vivo está vivo ¿no?” insistió.

“No. Obsérvate a ti mismo ahora,” explicó el maestro. “Estás corriendo de aquí para allá, perseguido por tus tigres metafóricos, consumido por tus pensamientos de cómo la vida podría ser mejor, cómo tú podrías estar mejor si tan sólo las cosas fuesen diferentes. A lo largo del último año has compartido conmigo varias situaciones difíciles, a parte de las circunstancias que he observado directamente, cómo has estado a punto de ser “comido por tigres” y cómo has sido salvado en cada situación.

No puedes sentirte vivo si estás viviendo con miedo y si estás viviendo con miedo, no puedes ver y experimentar tu vida, la magnificencia de tu vida que está delante de ti en cada momento.”

Estar presente en tu vida con una actitud de agradecimiento te permite ver, apreciar el milagro, el gran regalo y buena fortuna de estar aquí, de estar vivo, de estar consciente y capaz de compartir.

Autocompasión

La autocompasión significa simplemente ser amable contigo mismo, tratarte a ti mismo como tratarías a un amigo.

Cada día un hombre que traía el agua subía una colina camino del río a la casa de su dueño llevando dos grandes cántaros colgados de un yugo sobre sus hombres. Uno de los cántaros tenía una grieta y cada día soltaba la mitad del agua que contenía antes de llegar a la casa. El otro cántaro estaba perfecto y siempre entregaba la totalidad del agua después del largo paseo desde el río.

Finalmente, después de años de llegar medio-vacío y sintiéndose culpable, el cántaro con la grieta se disculpó con el hombre. Estaba muy abatido. “Pido disculpas por no haber cumplido lo que el cántaro perfecto ha conseguido cumplir.”

Dijo el hombre: “No tienes por qué disculparte de nada.”

Respondió el cántaro: “Después de todo este tiempo sigo entregando sólo la mitad del agua. Le hago trabajar más por mi defecto.”

El hombre sonrió y dijo al cántaro:, “Fíjate en todos las flores hermosas que crecen al lado del camino por donde te he llevado. Las flores han crecido tan hermosas gracias al agua que dejaste caer. No hay flores en el lado del cántaro perfecto.”

No sé si te identificas con la idea de ti mismo como un cántaro con grieta. Creo que la mayoría de nosotros nos sentimos un poco como cántaro con grieta. Yo ciertamente sí. El hecho es que podrías buscar por todo nuestro planeta y no encontrarías a nadie que merezca más tu amor y tu compasión que tú mismo.

La razón principal por la que las personas no son más auto-compasivas es por creer que esto les haría más perezosos y autocomplacientes. ¡Bobadas! Existen fuentes más efectivas para la motivación que la autocrítica severa; es sólo que nos han educado a creer que ser duros con nosotros mismos es cómo deberíamos de vivir.

Acepta todo sobre ti mismo. Insisto TODO. Eres lo que eres: comienzo, durante y fin. Cada parte de ti. Cada parte tiene valor. Nada de disculpas. Nada de remordimientos.

Comentarios de la comunidad

No comments found.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Enviar

</> with <3 by Latte