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enero 29, 2019
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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El agradecimiento es la inversión más efectiva que puedes hacer en tu propio bienestar, salud y felicidad. En términos de retorno sobre la inversión (esfuerzo vs resultado) no existe una actitud o práctica más efectiva que puedes adoptar que el agradecimiento. Nos proporciona acceso a la alegría y maravilla de la vida que son antídotos para sentimientos de escasez y pérdida. Te ayuda a hacer frente a las dificultades de la vida con un corazón más abierto; simplemente enfrentarnos a la vida en cada momento que surge.
Nos dicen (especialmente cuando somos niños) que seamos agradecidos por nuestras bendiciones o buena fortuna. Ésta es una idea excelente pero no es suficiente. Deberíamos de ser agradecidos ─ y punto. Experimentamos el potencial y los beneficios plenos que acompañan a una actitud de agradecimiento cuando el agradecimiento se percibe y se cultiva como un hábito o actitud que no depende de las circunstancias.
Para mí una falta de agradecimiento significa que claramente no estamos prestando atención al milagro de nuestra propia existencia. Tomamos por sentado nuestras vidas, toda la vida, el regalo de ser conscientes, de conexión con otros y luego en nuestra ignorancia lloriqueamos por que la vida no nos sale tal como creemos que debería o como nos gustaría.
El ego divide nuestra experiencia en mí/no mí y lo mío/no mío. En otras palabras ─ crea un sentimiento de separación. Con una actitud de agradecimiento, vemos la ilusión de la separación por lo que realmente es: una ilusión. En vez de esto empezamos a experimentar el mundo como un lugar de conexión y donde pertenecemos.
El buda enseñó que el agradecimiento es necesario para la integridad. ¿Qué significa esto?
Dijo: “Una persona que no tiene integridad es desagradecida e ingrata. Esta ingratitud, esta falta de agradecimiento lo propugnan personas groseras de mala educación. Concuerda totalmente con personas sin integridad. Una persona con integridad es agradecida y da gracias. Esta gratitud, este agradecimiento están propugnados por personas civiles. Concuerda totalmente con personas con integridad. ‘
Lo que dice la ciencia:
Los estudios confirman tantos beneficios sorprendentes de la práctica y actitud del agradecimiento. Por ejemplo, existe una relación entre el agradecimiento y la paciencia. Las personas con un sentido fuerte de gratitud tienen más probabilidad de poder posponer la gratificación. Esto nos muestra que la gratitud también es un antídoto para la avaricia. La raíz de la avaricia está en un sentido de no tener suficiente (en comparación con otros). Sin embargo, en las palabras de Epicetus: “La riqueza consiste no en tener tremendas posesiones, sino en tener pocos deseos.”
La gratitud nos asegura que lo que tenemos es suficiente. La avaricia y la gratitud no pueden coexistir en paz. La actitud de agradecimiento tampoco puede coexistir con otras emociones negativas como remordimientos, celos y el resentimiento.
El agradecimiento es fuerte y constantemente asociado con mayor felicidad. Las personas que practican el agradecimiento tienden a sentir más emociones positivas, mejoran su salud, hacen mejor frente a la adversidad, más capaces de valorar y saborear las buenas experiencias de la vida y construir relaciones duraderas. Tienden a sentirse más positivos y optimistas en cuanto a sus vidas.
Otros estudios han explorado cómo el agradecimiento puede mejorar las relaciones. Por ejemplo, un estudio de parejas descubrió que los individuos que se molestan en expresar el agradecimiento por su pareja no sólo se sienten más positivos cara a la otra persona, sino también se sienten más cómodos a la hora de expresar preocupación en cuanto a su relación.
A continuación, unas maneras de cultivar el agradecimiento de modo habitual:
Escribe una nota de gracias. Puedes sentirte más feliz y nutrir tu relación con otra persona si le escribes una cartita de gracias, expresando tu alegría y aprecio del efecto que esa persona tiene en tu vida. Envíala o mejor aún, llévasela y léesela personalmente, si es posible. Acostúmbrate a enviar al menos una carta de agradecimiento al mes. De vez en cuanto, envíate una a ti mismo.
Agradece lo que tienes: Una vez a la semana tómate tiempo para agradecer lo que tienes. Mejor aún, siéntate y escribe sobre lo que tienes. Ayuda pensar en un número — como por ejemplo tres o cinco cosas — que podrás identificar cada semana. Es importante ser muy específico sobre las sensaciones/emociones que sentías cuando algo bueno te pasó.
Da gracias a alguien mentalmente: Si estás muy ocupado/a o si te encuentras en una situación en la que ponerte a escribir no es muy práctico, simplemente piensa en alguien que te ha hecho una gracia y mentalmente dale las gracias a esta persona.
Mantén un diario de agradecimiento: Acostúmbrate a anotar o compartir con un ser querido pensamientos sobre los regalos que has recibido cada día.
Medita: Mindfulness y la meditación nos permiten llevar nuestra atención, nuestro enfoque en el momento presente sin juzgar. Así que nos permite refrescar como vemos nuestras vidas, ver el milagro de nuestra existencia.
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