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julio 31, 2017
Alimentación consciente, Boletines,
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Y… seguimos con un poco de teoría sobre nutrición básica para ayudarnos a entender cómo funciona nuestro complejo y asombroso organismo.
Os comparto un poco de información sintetizada acerca de estos micronutrientes. No voy a entrar en detalle en las funciones de cada una pero sí, hablaré un poco de su historia y de sus funciones básicas.
La palabra “vitamina” proviene del latín y significa vita (vida) e inas (sustancias). Son compuestos esenciales para la vida que deben ser ingeridos junto con los alimentos de manera equilibrada y en correctas dosis para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
El término “vitamina” se le debe al bioquímico polaco Casimir Funk quien planteó su existencia en 1912 aunque fue entre los años 1906 y 1912 que el bioquímico inglés Sir Frederick Hopkins encontró unas sustancias al que llamó “factores accesorios de la alimentación”. Los descubrió mientras estudiaba por qué se iniciaban ciertas enfermedades. Llegó a la conclusión de que algunas enfermedades se generaban por la carencia de algunas de estas sustancias.
Hoy en día se sabe que las vitaminas son sustancias indispensables en la nutrición de los seres vivos. No aportan energía pero sin ellas el organismo no podría aprovechar los elementos constructivos y energéticos suministrados por medio de la alimentación. Es decir, las vitaminas ayudan a que podamos absorber y utilizar los macronutrientes para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Nuestro cuerpo no puede sintetizar las vitaminas a excepción de la vitamina D que se puede formar en la piel con la exposición controlada al sol y algunas vitaminas como la K, la B1 y la B12 que se pueden formar en pequeñas cantidades por la flora intestinal.
Normalmente se dividen según su solubilidad en dos grupos: LIPOSOLUBLES que quiere decir, que se disuelven en grasas y aceites, e HIDROSOLUBLES que se disuelven en agua.
Dentro de las hidrosolubles encontramos:
Vitamina C o ácido ascórbico (antiescorbútica)
Complejo B
Vitamina B1 o tiamina (antineurítica)
Vitamina B2 o riboflavina
Vitamina B3, o niacina
Vitamina B5 o ácido pantoténico
Vitamina B6 o piridoxina
Vitamina B7, vitamina H o biotina
Vitamina B9, vitamina M o ácido fólico.
Vitamina B12 o cianocobalamina
Dentro de las liposolubles:
Vitamina A o retinol (antixeroftalmica)
Vitamina D o colecalciferol (antirraquítica)
Vitamina E o tocoferol (ANTIOXIDANTE)
Vitamina K o naftoquinona (antihemorrágica)
Es importante tener en cuenta que tanto la carencia (hipovitaminosis) como el exceso (hipervitaminosis) es perjudicial para nuestro organismo. Hoy en día es fácil pasarnos con los suplementos; por eso es muy importante informarnos bien de nuestras necesidades personales para poder elegir con inteligencia. Por lo general, una persona que lleva una alimentación normal o completa, nunca presenta carencia o exceso de vitaminas.
Otro punto a tener en cuenta es que hay factores que neutralizan y destruyen ciertas vitaminas, como las bebidas alcohólicas, el estrés, el tabaco y algunos medicamentos. Y también es importante protegerlas mediante nuestra forma de cocción. Las vitaminas hidrosolubles se pierden fácilmente si las hervimos durante demasiado tiempo; nuestras verduras también si están expuestas al sol.
Por si queréis profundizar un poquito más: https://medlineplus.gov/spanish/vitamins.html
Ahora sí, os comparto nuestro batido de estos días – por supuesto, rico en vitaminas, minerales y muchas “mini sustancias” más para ayudar al equilibrio de nuestras células. El agua de coco es un gran remineralizante, muy apto para reponer nuestro cuerpo en los días de calor y cuando hemos hecho deporte. En el próximo boletín hablaremos un poquito más acerca de los minerales.
Para 1 persona
Batimos todos los ingredientes hasta tener una textura suave y homogénea.
¡¡Felices días de verano!!
Autora: Kiira Cabrera
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