Geoffrey Molloy
Cuando intentamos convertirnos en la persona que creemos que la otra persona querrá entonces empezamos a sufrir por amor. Tu habilidad para encontrarte en una relación sana y cariñosa depende de tu habilidad para quererte a ti mismo.
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Geoffrey Molloy
Cuando intentamos convertirnos en la persona que creemos que la otra persona querrá entonces empezamos a sufrir por amor. Tu habilidad para encontrarte en una relación sana y cariñosa depende de tu habilidad para quererte a ti mismo.
mayo 10, 2022
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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Los padres tienen sus propios problemas, distorsiones, traumas y neurosis. A veces esto significa que simplemente no son capaces de satisfacer las necesidades de sus hijos. Un niño que experimenta esto muy probablemente se haga mayor buscando desesperadamente amor, atención y sentirse valorado. El niño (y más tarde como adulto) crece con un sentido de añoranza o hambre emocional. Esto físicamente se experimenta normalmente como una sensación dolorosa – a veces vacía, lo que a su vez, crea un sentido de baja auto-estima.
Para un adulto esto es doloroso. Si te encuentras en relaciones con personas que te rechazan o te hacen daño, entonces es muy probable que estés inconscientemente buscando relaciones en las que sigues repitiendo este doloroso, dañino y tóxico juego de niños. El sentimiento de dolor o vacío surge de una falta de amor por sí mismo/a.
Es probable que estés atraído/a al “amor no correspondido”. Intentar demostrar tu auto-estima al intentar convertirte en la persona que crees que la otra persona querrá. Tienes la esperanza (que empezó durante la niñez) de que la intensidad de tu amor pueda cambiar lo que la otra persona siente por ti. Sabes intuitivamente que esto simplemente no va a ocurrir.
Racionalmente puede que incluso reconozcas que esta relación no es nada sana pero te sientes incapaz de terminarla. Estás acostumbrado/a a ella; te sientes “cómodo/a” con ella – no feliz, sino “cómodo/a” ya que es el papel que has jugado durante gran parte de tu vida; al menos sabes qué hacer.
Salir de esto es posible; es un proceso: descubrir, aceptar y quererte a ti mismo. Aprende a desarrollar “el niño, la niña” abandonado/a que llevas dentro de ti.
El amor no tiene porqué ser caótico, confuso, doloroso; algo por el que tienes que sacrificar tus sueños o a ti mismo/a.
Comportarte con amor no te desalienta, no rompe tu auto-estima; ni te hace volverte loco. El amor te sienta bien; nutre tu bienestar emocional. Te sientes aceptado por quién eres; cuidado, valorado y lo que es más importante, respetado.
El amor crea sentimientos cálidos, de seguridad, estabilidad y cierta paz en tu corazón.
Tu habilidad para encontrarte en una relación sana y cariñosa depende de tu habilidad para quererte a ti mismo/a.
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