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enero 7, 2016
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
2 comments
Hace poco una señora me dijo que la misión de su vida es perseguir y encontrar la felicidad. Mi primer pensamiento fue: “esta actitud asegura que la frustración y no la felicidad será el acompañante más constante en su vida”.
Así que, ¿Qué es la felicidad y cómo conseguir tener felicidad en nuestras vidas?
Durante muchos años, estuve confuso. Creía que la felicidad consistía en “pasarlo bien”, salir (normalmente con amigos), empleando drogas como alcohol u otras sustancias. Sin embargo, llegué a darme cuenta de que pasarlo bien no fue la felicidad, sino una vía de escape para los sentimientos incómodos – algo bastante diferente a la felicidad.
Más tarde confundí el estado supremo de euforia con la felicidad. Me enganché a la búsqueda de estas experiencias eufóricas. Rechacé como “no felices” otros estados emocionales muchas veces muy positivos y sanos, aunque menos intensos. La consecuencia de esta percepción errónea fue insatisfacción ya que había limitado efectivamente mis posibilidades de experimentar la felicidad.
También pensaba que la felicidad tenía que ver con lograr metas materiales. Pero con esto solo alimentaba mi ego: quiero un coche mejor y por tanto compro un coche mejor. Durante un corto tiempo me siento mejor conmigo mismo principalmente porque en comparación con otras personas, ahora tengo un coche mejor. Vale, me siento mejor a nivel de mi ego, pero ¿durante cuánto tiempo? Pronto, el coche nuevo no será suficiente y necesitaré uno aún mejor. Esta persecución constante de cosas materiales como manera de conseguir la felicidad crea un hambre aún más grande – un hambre que es imposible de satisfacer – sólo durante un tiempo corto. Este ciclo es esencialmente igual que una adicción. Forma la base de nuestra sociedad consumista.
Lo que es más, esta actitud nos puede llevar a las situaciones de menos sentido:
“Gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos para impresionar a personas a las que les da igual”
A mí, esto no me suena como la felicidad, más bien como una manera que garantiza una insatisfacción constante.
Hay verdad en la siguiente paradoja: La manera más segura de no encontrar la felicidad es dedicar tu tiempo a encontrarla.
La definición más sencilla de la felicidad que he encontrado es ésta:
La felicidad es lo que se puede llevar con facilidad.
La infelicidad es lo que no puede llevarse con facilidad.
Para mí es un sentido de paz en mi corazón, espacio en mi mente y un sentido global de ecuanimidad.
En otras palabras, nuestra felicidad puede ser independiente de nuestras circunstancias físicas y materiales. Puede que nuestras circunstancias económicas o materiales no sean ideales; puede que nuestra salud no sea exactamente como nos gustaría que fuese pero aun así podemos experimentar un sentido de felicidad. Al contrario, puede que tengamos un exceso de riqueza material, todos los chismes, juguetes posibles y aun así sentirnos desesperadamente infelices.
Fui muy consciente de esto hace unos días cuando estaba muy a gusto sentado en silencio con Rhea en la playa de San Vicente en Cantabria. Era consciente de un sentido de inmensa paz en mi corazón. Mi corazón fue libre de todos esos estados que me alejan de la felicidad: miedo, ira, deseo, avaricia. Sin embargo, no fue un estado neutro o vacío; en vez de esto era consciente de un inmenso sentido de bienestar, de agradecimiento, de amor; tenía un sentido de plenitud, simplemente sentado allí con el rugido de las olas, la sensación de la brisa en mi cara, las nubes en el cielo azul. Mientras lo estoy escribiendo ahora, simplemente recordarlo recrea ese estado en mi cuerpo. Es un antídoto a los sentimientos negativos.
La felicidad es una característica emergente; es una consecuencia, no una recompensa, ni un premio. La verdadera felicidad es algo que experimentamos cuando estamos completamente en el momento presente.
Es sólo cuando tenemos la mente racional funcionando como un sirviente fiel y no como el “jefe” cuando podemos ser verdaderamente felices.
Muchas personas que descubren la meditación mindful creen que si aprenden a meditar, entonces siempre van a ser felices.
La felicidad surge cuando las circunstancias externas e internas son las adecuadas para ella. Es como todo lo demás en el universo; es impermanente. Surge, existe un rato y luego se va. Hay más probabilidad de que la felicidad surja cuando somos libres del “agarramiento” (cuando deseamos que la felicidad nunca se vaya) o la aversión (no desear sentir sentimientos desagradables.)
Cuando estaba sentado en la playa, sabía que el momento pasaría y que me sentiría diferente y que inevitablemente en algún momento me sentiría menos feliz. Esta aceptación de la impermanencia de la felicidad y todas las cosas para mí es un elemento clave de esa felicidad. Cuando entiendo y acepto la impermanencia, no pierdo tiempo agarrándome a algo. En vez de esto, simplemente acepto y me siento afortunado de encontrarme en ese momento.
Todo a lo que te agarras, pierdes; todo a lo que te resistes, persiste.
Así que este año, en vez de perseguir la felicidad o tener la felicidad como expectativa en tu vida, observa tu vida con “mindfulness”.
Observa con qué frecuencia la felicidad puede surgir y desvanecerse durante un día. ¿Con qué frecuencia durante una semana? ¿De verdad el sentido de felicidad, es algo a lo que necesitas agarrarte, guardar, dar mucha importancia? ¿O es algo que puedes disfrutar mientras está ahí y permitir que se esfume, verlo como algo que va y viene?
Haz lo mismo con lo opuesto a la felicidad, la infelicidad. Examínalo de cerca. ¿Cuáles son tus reacciones hacia ella? ¿Cómo la sientes en tu cuerpo? ¿Estás resistiendo el sentimiento, deseando que se vaya o puedes simplemente estar con ello y observar lo que ocurre, de un modo natural?
No estoy diciendo que no deberías fomentar condiciones que pueden ayudar a crear la felicidad. Si puedes identificarlas y trabajarlas – genial. Pero procura no ver la felicidad como una expectativa. Vamos a aceptarlo “shit happens” (cosas malas pasan, todo tipo de cosas malas) – así es la vida. Así que se trata de practicar ser “mindful” con todo lo que surge y no reaccionar con “agarramiento” o aversión.
Tampoco estoy diciendo que no deberías hacer cosas para otros que haría que fueran felices. Ciertamente, deberías hacerlo y si experimentas la felicidad como resultado – ¡maravilloso! Simplemente, sé mindful; observa cuando surge, cómo surge y siempre recuerda: todo es impermanente; agarrarte a cualquier cosa que sea impermanente significa casi asegurar que tendrás un sufrimiento adicional.
Es maravilloso experimentar la felicidad y es aún más fascinante si la examinas con una mente abierta y la voluntad de soltarla. Los resultados te sorprenderán agradablemente.
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Comentarios de la comunidad
javier serralta
QUE GRAN VERDAD, TODO LO QUE TE AGARRAS, PIERDES. nunca lo pensé, pero lo he comprobado mil veces en mi agridulce vida…que gran consejo el aceptar la impermanencia de todo en el universo…todo surge, existe y se va…ley física y espiritual…como retengas o agarres algo pierdes felicidad... y ganas miedo, ira, deseo, avaricia…lo tengo archicomprobado…y el consejo mas complejo y filosófico de - todo a lo que te resistes, persiste. - me cuesta mas asimilarlo…pero ahora lo entiendo mejor con la explicación genial de geoffrey de que la felicidad es simplemente lo que se puede llevar con facilidad…y que eso nos dará bienestar, comodidad, satisfacción, paz, espacio mental, plenitud, ecuanimidad, agradecimiento y amor. lo intuía…ahora lo se…gracias.
Ana campos
Me encanta Geofrey! Es una realidad. La felicidad o el sentimiento de ser feliz es efímero , como todo, por eso esos " momentos" tienen tanto valor. Un abrazo