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abril 24, 2018
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
11 comments
Mi amigo, Clayton y yo fuimos los “wild boys” – los chicos salvajes, golfos y orgullosos de ello. Con veinte y algo años probábamos toda droga que pillábamos. Estábamos muy distraídos con las mujeres. Conducíamos coches veloces. Vivíamos muy intensamente. Le salvé la vida al menos una vez, y él me la salvó a mí. Una cosa que teníamos en común fue tener un nivel de inteligencia emocional por debajo de cero. No sentíamos las cosas; tomábamos drogas. No tenía ni idea de lo que era una emoción. A pesar de todo esto los dos sobresalimos en el mundo profesional – es decir, ganábamos mucho dinero. Cuando miro atrás ahora, veo que los dos estábamos desesperadamente intentando llenar un agujero negro emocional dentro de nosotros.
Conocí a Rhea y nos fuimos a vivir en España y al pasar los años perdí el contacto con Clayton. En mi corazón guardaba la fantasía de que un día nos encontraríamos sentados en nuestro porche aquí en Cantabria riéndonos de nuestras aventuras observando a nuestros nietos mientras juegan. Hace unos años, hice un esfuerzo determinado para encontrarle. Fue difícil porque parecía haber desaparecido. Finalmente, me enteré por su hermana que se murió por una sobredosis de cocaína.
Otro amigo, vamos a llamarle Peter y yo fuimos grandes amigos cuando teníamos quince años. Fuimos diferentes; él fue negro y yo asiático, en una ciudad del Reino Unido en tiempos en que el racismo y la violencia que lo acompaña fueron comunes. Él estaba intentando hacer frente a la muerte de su padre, mientras se criaba en un país extraño; yo estaba intentado hacer frente a un padre violento y alcohólico, también mientras me criaba en un país extraño. Los dos necesitábamos y queríamos tener a un padre cariñoso, algo que ninguno de nosotros consiguió. En vez de esto, nos volcamos en el robo, hurtando en tiendas; no sólo esto; lo hicimos muy bien, robando una fortuna. Nuestro mejor “logro” fue forzar la entrada en una tienda de periódicos y, entre otras cosas, robar miles de paquetes de cigarrillos. Detuvieron a Peter, a mí no e increíblemente él no me delató. Le enviaron a una cárcel para menores y empezó una vida en el lado equivocado de la ley. Yo me fui con dieciséis años a la marina mercantil. Me enviaron a Japón y pasé un año en un barco. Y luego unos años navegando por el mundo. Las últimas noticias que he recibido de Peter es que trafica con drogas.
Podría compartir otras historias parecidas, pero puede que las personas involucradas se sentirían demasiados heridas al aparecer aquí. Lo que sí quiero compartir, es el hecho de que yo tan fácilmente hubiera podido sufrir el mismo destino que los amigos que acabo de mencionar. Después de todo, todo lo que queríamos era ser felices y escapar del sufrimiento. Me encantaría poder deciros que poseo alguna fuerza especial o secreto que me ayudó a sobrevivir en aquellos tiempos difíciles y peligrosos. No puedo. Tengo que confesar humildemente que en gran parte se debía a la buena suerte, providencia, llamarlo como queráis. Estaba lejos de ser lo suficientemente consciente de saber elegir otro camino mejor pero inconscientemente estaba buscando paz en mi corazón (aunque nunca lo habría descrito de esta manera). Esto es lo que me llevó a la vida actual.
Lo que sí hice fue agarrar las oportunidades que se me presentaron, sea escuchando a grandes o no tan grandes profesores/maestros; leyendo vorazmente libros importantes y no tan importantes; participando en retiros espirituales (con y sin monjes); absorbiendo lo que llenaba mi corazón y descartando lo que no lo llenaba. Todo esto acabó sacándome de un lugar oscuro, vacío y doloroso de vergüenza y odio por mí mismo a un lugar lleno de un sentido de agradecimiento, la experiencia de lo milagroso, de conexión, de querer a otros y ser querido por otros, de perdón, de humildad, de aceptación de bondad hacia mí mismo. Un lugar donde todo lo que ocurrió ahora tiene sentido, un lugar en el que esta profundidad y anchura de haber experimentado la oscuridad es inestimable.
Para que lo sepáis, aquel lugar oscuro sigue existiendo dentro de mí. De hecho, lo aprecio; es sólo que ya no tiene poder sobre mí pero está disponible si lo necesito. Actúa como una linterna para guiar a otros fuera de la oscuridad.
Autor: Geoffrey Molloy
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Comentarios de la comunidad
Vanesa
Sublime e inspirador al cien por cien... somos lo que somos gracias a nuestras experiencias y no a pesar de ellas. Eres uno de los grandes ejemplos que he conocido. Gracias por traer paz a nuestros corazones. Un saludo con todo mi cariño.
teresa
Gracias de nuevo Geoffrey. Ahora estoy aprendiendo a sentir amor y compasión por mí y he de decirte que es lo más difícil que he hecho en mi vida... ¡¡¡¡me cuesta tanto!!! Pero en fin, que estoy en ello, y espero algún día, ojalá sea más pronto que tarde, poder escribirte y contarte que ya he empezado a amarme. Gracias
Geoffrey Molloy
Gracias Cristina, un abrazo
Geoffrey Molloy
Gracias a ti, abrazos
Geoffrey Molloy
Hola Vasile, gracias por tu comentario. Me alegro que has encontrado inspiración y sentido en tu religión. El trabajo más importante en esta vida es encontrar nuestra propia verdad. No creo que existe un camino ya hecho para todos a la verdad. Cada uno tenemos que hacer nuestro propio camino. No creas en lo que has escuchado; no creas en las tradiciones sólo porque hayan sido transmitidas por muchas generaciones; No creas en nada sólo porque muchos lo hablan y rumorean; no lo creas simplemente porque existe una declaración escrita de algún viejo sabio; no creas en conjeturas; No creas en eso como la verdad que has cogido por hábito; no creas meramente la autoridad de tus maestros y ancianos. Pero… si después de la observación y el análisis estás de acuerdo con tu razonamiento y tu experiencia y es propicio para tu propio bien y el bien de todos, entonces acéptalo y vívelo en tu vida.
Mireya Ceballos
Geoffrey Molloy
Hola Teresa, Gracias por tu comentario. Me alegro que lo que escribí te haya sido útil. Creo que lo que me mantuvo atrapado durante muchos años fue la pregunta “¿Por qué? Por ejemplo, "¿Por qué mi padre hizo lo que me hizo?", "¿Por qué me hicieron esto?" Fue una pregunta que me mantenía atrapado en el estado de víctima. Las cosas cambiaron cuando me di cuenta de que no había una respuesta real a esa pregunta. Me di cuenta de que simplemente era porque "es lo que me tocaba"; no había una mejor respuesta. Si no hubiera sido yo, habría sido otra persona. No fue mi culpa. Pero es mi responsabilidad superarlo en el presente. Me prometí a mí mismo que haría lo que fuese necesario. Me sentía enfadado porque, aunque mis abusadores estaban encarcelados, se habían desaparecido o muertos, todavía causaban sufrimiento en mi vida. Me di cuenta de que la mejor venganza era vivir la mejor vida posible. Aprendí cómo perdonar (para mi beneficio y no el de ellos). Cambié mi historia interna de la en que fui víctima a una en la que me convertí en el héroe. Pero ¡ojo! Aquí hay una trampa: la disciplina, la exigencia que nos ayuda a llevar vidas productivas puede convertirse en una fuente de sufrimiento si nos criticamos sin piedad en un intento de ser perfectos. Por tanto, es muy importante ser bondadoso con uno mismo. Esto es clave también; desarrollé compasión por mí mismo y por los demás; aprendí a amar y, lo que es más importante, a dejarme ser amado, a ser vulnerable; aprendí la humildad. Por extraño que parezca, me siento inmensamente agradecido por mi vida; me siento muy afortunado. El lugar oscuro sigue ahí dentro de mí, pero en lugar de ser el tema dominante en mi vida, se ha convertido en algo más parecido a un perro que ladra en la distancia, un ruido, un lugar que puedo tocar si necesito hacerlo.
teresa
Gracias Geoffrey, gracias, acaba de irse un peso brutal de mi pecho al leerte. Tantos años preguntándome por qué después de los abusos que había vivido, yo no había caído en la droga, en la prostitución o había contraído el SIDA y mis amigas sí. Por qué yo ahora soy una feliz madre y profesional y por qué ellas o murieron, o están mendigando en la puerta de una iglesia o están casadas con hombres que las maltratan. Y acabas de decirmelo tú y acabo de darme cuenta yo. Fui capaz de agarrar las oportunidades y escuchar lo que de verdad quería mi corazón. Y tengo que dejar de culparme porque si no hubiera vivido aquel lado oscuro, hoy no sería quién soy. Gracias Geoffrey, ya me siento menos bicho raro sbiendo que hay más gente como yo
cristina
Es interesante.leer relatos como esos y saber apreciar el sentido de las cosas que tenemos y que no les damos el valor que tienen,amistad,confianza y humildad,gracias
VASILE
Buenas noches Mr. Geoffrey Todo mi aprecio por toto su trabajo! _ a continuacion algunos piensamientos en ingles porque es posible que sea el "idioma de su CORAZON!" “‘For I well know the thoughts that I am thinking toward you,’ declares Jehovah, ‘thoughts of peace, and not of calamity,+ to give you a future and a hope.+ 12 And you will call me and come and pray to me, and I will listen to you.’+ 13 “‘You will seek me and find me,+ for you will search for me with all your heart.+ (Jeremiah 29:11) https://www.jw.org/en/publications/books/draw-close/wisdom/jehovah-wise-humble-reasonable/ Cuando tenga un momento de tranquilidad , y sin nigun prejuicio y si usted lo quiere asi ,abra el link copiado sobre estas lineas, es posible que le sorprenda algunos razonamientos! Le deseo una noche tranquila y llena de paz! VASILE!
CRISTINA MARQUEZ NOGUES
Es lo más bonito que he leído en mucho tiempo. Te felicito, Geoffrey!!