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¿Tu relación? ¿Tóxica o Sana?

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Geoffrey Molloy

Un tema que surge frecuentemente en nuestros cursos residenciales son las relaciones. La mayoría de las personas quieren encontrar una pareja, alguien con quien compartir sus vidas. Muchos han experimentado desilusión en sus relaciones. Algunos han experimentado auténtico sufrimiento. Otros han experimentado relaciones poco sanas en las que – aunque se hayan sentido infelices y […]

marzo 13, 2018

BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá

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Un tema que surge frecuentemente en nuestros cursos residenciales son las relaciones. La mayoría de las personas quieren encontrar una pareja, alguien con quien compartir sus vidas. Muchos han experimentado desilusión en sus relaciones. Algunos han experimentado auténtico sufrimiento. Otros han experimentado relaciones poco sanas en las que – aunque se hayan sentido infelices y maltratados – se han creído incapaces de salir de ellas.

Tal vez, uno de los aspectos más tristes es que cuando una relación ha terminado y la persona quiere que yo le ayude con alguna especie de truco o estrategia para que vuelva con esa otra persona y recuperar su relación. Esto normalmente es un buen indicador de una relación poco sana. En una conversación con mi hija más pequeña no hace mucho, se expresó muy clara y sanamente: “Si alguien no quiere estar conmigo, ¿por qué narices quisiera yo estar con ella?  !Esto sería estúpido!” Sabiduría desde la boca de una persona de 22 años. He tenido largas conversaciones con personas con más de 50 años que aún no han captado esa idea tan simple. Los otros aspectos siempre presentes en tales relaciones son drama, discusiones, escenas montadas en público; en un momento están juntos y en otro  – separados…. Creo que entiendes lo que quiero transmitir.

Hace años trabajaba conmigo una secretaria – una mujer muy capacitada y atractiva. Cada lunes contaba a toda persona dispuesta a escucharle el último episodio terrible que había tenido con su novio: un momento juntos, luego otro – separados; una gran discusión, luego hacían las paces; le maltrataba, luego le quería, etc. “¡Ya está… esto ha sido la última vez! Por supuesto, la próxima semana nos encontrábamos escuchando la misma historia sobre el mismo tío: mucho sufrimiento y drama sin llegar a ningún sitio.

Lo que no entienden muchas personas es que lo que están intentando conseguir de nuevo no existe. Incluso si vuelven juntos, nunca será como fue antes; ese momento ya pasó; lo que muy probablemente experimenten es una repetición de todos los mismos dramas ya que habrá muchos momentos en los que los dos recuerden todos los errores y problemas del pasado. Les iría mucho mejor aprender a quererse a sí mismos.

 

Así que ¿Cómo se diferencia una relación tóxica de una relación sana?

La esencia de nuestra sociedad consumista es el vacío, crear una sensación de vacío en todos nosotros que luego intentamos llenar con “basura” que sólo te proporciona un alivio breve que no funciona a largo plazo; de hecho normalmente crean aún más hambre. Es exactamente igual con las relaciones poco sanas. Intentamos que otra persona llene el vacío que somos incapaces de llenar nosotros mismos. Esta es la razón por la que romper una relación poco sana es tan doloroso. Nos quedamos otra vez más con “el vacío”. Sufrimos porque en algún nivel nuestro sentido de auto-estima, nuestro sentido de quienes somos, dependía de esa relación.

La ruptura de relaciones es una parte inevitable de la vida. Es un hecho de que la gran mayoría de relaciones románticas/sentimentales acaban terminando. Nada es permanente y todo cambia.

Una respuesta sana a una ruptura de relación probablemente involucre tristeza pero no depresión, algo de dolor, incluso sufrimiento pero también una respiración profunda y un nuevo comienzo.

 

Así que ¿Cuál es la diferencia entre una relación tóxica y una relación sana?

En una relación sana las parejas eligen estar el uno con el otro; no tienen la necesidad estar juntos. (No puedes elegir querer algo que crees que necesitas – porque no hay elección; la necesidad excluye el amor). Una relación sana se basa en elegir estar con alguien que respetas y que te parece bien; esto sólo puede ocurrir si te pareces bien y te respetas a ti mismo. Hay interdependencia emocional en vez de dependencia emocional.

Por el contrario, una relación tóxica es cuando las personas dependen emocionalmente del otro/a. Intentan conseguir de su pareja el respeto y la aprobación que no pueden darse a sí mismos.

Durante muchos años, éste fue el único tipo de relación que conocía. Necesitaba el drama; fue la única vez que me sentía vivo y con más confianza en la relación. Irónicamente, el drama me proporcionaba  tranquilidad. Por supuesto, luego seguía el “muuaa, muuaa”, fase de hacer las paces: la “recompensa”.

Es el mismísimo ciclo que sigue  un adicto.

Mira, si yo creo que no me merezco el amor, entonces cualquier persona que elija quererme tiene que ser idiota o tiene algún otro motivo oculto. Es imposible que me podrían querer simplemente a mí por ser yo. Tristemente esto significa que en la mayoría de los casos, una persona en este espacio tóxico sólo se sentirá cómoda y aceptaría afecto de una persona que no le respeta ni le quiere.

Una relación sana no necesita drama, ni conflicto para afirmarlo. Al contrario; uno de los aspectos de una relación sana es la ausencia de drama. ¿Por qué? Porque que queremos vivir con el propósito y conexión que ya existe, en vez de distraernos con drama sin sentido, queremos disfrutar del amor y respeto que ya está ahí.

Así que si sospechas que estás en una relación tóxica, pero no estás seguro/a, a continuación te doy unas indicaciones:

  1. En una relación tóxica sacrificas el sentido de ti mismo, esperando en cambio a llenar el vacío. Si crees que simplemente no podrías vivir sin esa persona o que sería el fin de tu vida, es probable que sea una relación tóxica.
  2. La relación daña otras relaciones en tu vida. Las relaciones tóxicas no admiten competencia. En vez de esto, gradualmente te asfixian a ti y tus otras relaciones. Te encuentras abandonando cosas que te nutren espiritual y emocionalmente y en vez de esto empiezas a obsesionarte sobre la relación; absorbe todo.
  3. Cuanto más das, tanto más sufres. Casi lo opuesto a una relación sana.
  4. Estás tan acostumbrado al drama que has llegado a verlo como algo normal.

Así que ¿Qué podemos hacer?

  1. Estar con personas que te quieran y te respeten por quien eres.
  2. Dedica tiempo para aprender cómo querer y cuidarte a ti mismo. No me refiero a que infles tu ego. Me refiero a tu verdadero tú que puede que abandonaste hace un tiempo.
  3. Date cuenta de que no necesitas estar en una relación. Dedica algo de tiempo para ti mismo. Por ejemplo, yo pasé año y medio en celibato antes de conocer a Rhea. Fue muy liberador, liberarme de la necesidad compulsiva de estar en una relación. Me encontré en muy buen espacio cuando finalmente conocí a Rhea. Seguimos juntos casi 28 años después.

Si quieres más información, escríbeme.

geoffrey@esfacilsisabescomo.com

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