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marzo 10, 2020
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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En resumidas cuentas, la meditación trata de reducir el sufrimiento y las causas del sufrimiento en mi vida y en la vida de otras personas; también aumentar la felicidad y las causas de la felicidad en mi vida y en la de otras personas.
En más detalle, la meditación para mí es la base de la inteligencia emocional, también de la paz, salud, felicidad y de tener una vida llena de propósito.
Una mente sana significa un corazón feliz.
Aprendí que la felicidad y la paz siempre están aquí, dentro de mí; sólo que tengo que aprender a quitarme a mí mismo del medio para experienciarlo.
Tuve una niñez difícil, caótica y abusiva. He asistido a muchos talleres realizando muchas terapias y todos han sido de utilidad pero la base que apoya todo ese trabajo fue y sigue siendo la meditación.
En general, lo que yo he aprendido es a estar más presente en mi vida, vivir con curiosidad abierta, con mayor sentido de amabilidad hacia mí mismo y hacia otros y con sentido del humor (principalmente para no tomarme a mí mismo tan en serio).
Existen muchos tipos de meditación:
La meditación, por ejemplo, puede consistir en observar mi respiración, mis sentidos o las sensaciones en mi cuerpo, lo que tranquiliza mi mente y trae paz a mi corazón. Las meditaciones de “loving kindness/Tonglen” (amabilidad y amor) generan compasión. Gracias a la meditación me he vuelto más agradecido apreciando más mi vida. Otros tipos de meditación me ayudan a ver mi “piloto automático” con más claridad y esto me permite responder de forma más adecuada a situaciones en vez de simplemente reaccionar. La meditación es un espacio seguro donde puedo hacerme amigo de emociones difíciles para ver el regalo de conocimiento que traen estas emociones difíciles.
A través de la meditación he reducido considerablemente el poder de mi severo crítico interior lo que a su vez abre la puerta al cambio. La capacidad de aceptarme a mí mismo y ser amable conmigo mismo significó que pude aceptar el amor de otra persona. Verdaderamente no creo que podría llevar treinta años casado felizmente sin la meditación.
La meditación, mindfulness y todas las enseñanzas asociadas no son trucos, atajos, “life-hacks”; se trata de una manera de vivir, una manera más útil para afrontarte a la vida. Es el camino hacia el objetivo que importa y no tanto el objetivo en sí.
La experiencia de la meditación:
Vamos por la vida viéndonos como algo separado. En la meditación no vamos más allá de simplemente ver la idea de la conexión profunda como una idea intelectual; en la meditación la experienciamos directamente.
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