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Superar los prejuicios inconscientes

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Geoffrey Molloy

Aunque creamos que no tenemos prejuicios inconscientes, está demostrado que todos los tenemos, muchas veces racionalizados y justificados. ¿Cómo liberarnos de ellos?

junio 14, 2022

BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá

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¿Eres tan imparcial como te gustaría ser? ¿O, como la mayoría, lo intentas pero a veces tropiezas con tus prejuicios inconscientes?

Todos tenemos prejuicios inconscientes. Esto definitivamente te incluye a ti. ¿Esto te hace sentir un poco incómodo/a? Si la respuesta es afirmativa, entonces,  ¡bien!  Quizás tu sensación incómoda ha desencadenado en tu mente racional, en modo de piloto automático una reacción defensiva: «Ja, yo no «no tengo prejuicios; soy una persona de mente abierta. No soy racista. Creo que los hombres y las mujeres son iguales. No soy un extremista intolerante. No prejuzgo. No soy partidista. No tengo preferidos». Si simplemente decir estas cosas nos curara de nuestros prejuicios, el mundo sería mucho mejor.

Por mucho que creamos que no tenemos prejuicios, los estudios han demostrado que todos llevamos prejuicios inconscientes. Muchos provienen de la infancia.

El problema de los prejuicios inconscientes es precisamente eso, que son inconscientes. Se basa en un modelo mental o percepción que hemos adquirido probablemente a una edad muy temprana. Suele centrarse estrechamente en las diferencias entre tu o tu grupo y otra persona u otro grupo.

A menudo no hay una lógica aparente; a pesar de ello, te sientes obligado a defender tu prejuicio. Es muy probable que te haya llegado a través de tus padres. Por ejemplo, mi madre fue víctima de la invasión japonesa de Malasia; sufrió y fue testigo de cosas terribles. Toda mi vida ha odiado a los japoneses con toda su alma. Los padres de mi mujer, Rhea, tuvieron que huir de los ejércitos invasores rusos en Estonia. Su padre sentía un profundo odio hacia los rusos. Como adultos, estos eran prejuicios que teníamos que superar.  Pueden ser cosas como el color de la piel, la nacionalidad, la religión, la orientación sexual. Ninguno de nosotros está aislado; somos una amalgama de muchas influencias la mayoría de las cuales hemos absorbido inconscientemente. Sentimos en nuestras entrañas que estos puntos de vista que hemos heredado son correctos. Incluso podemos intentar engañarnos a nosotros mismos, pensando que nosotros somos personas imparciales, justas y de mente abierta.  Los prejuicios son muy a menudo sutiles y probablemente los tenemos completamente racionalizados y justificados.

Una parte importante del camino hacia la autorrealización (no olvides nunca que el camino es el destino) es liberarnos de estos prejuicios, ya sean de clase, raza, religión o contra nosotros mismos. Si no podemos liberarnos inmediatamente, al menos podemos ser conscientes de nuestros prejuicios, de manera que, en vez de actuar inconscientemente en piloto automático, elijamos nuestra respuesta de acuerdo con nuestros verdaderos valores.

Las prácticas de presencia mindful, agradecimiento y compasión son todo lo que necesitas para empezar. Entonces, ¿a qué esperas? No hay mejor momento que ahora mismo. De hecho, el ahora es todo lo que hay.

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