No juzgues a los demás

Tan fácil de decir y tan difícil de hacer. Juzgar a los demás es algo que todos hemos hecho para aumentar nuestra autoestima. Juzgar a los demás es la forma que tiene la persona perezosa de aumentar su autoestima. No requiere ningún trabajo por tu parte, ningún crecimiento. Además, tiene la ventaja añadida de hacer que te sientas «bien», ya que culpar, juzgar y tener razón son cosas que a tu ego le gustan por encima de todo.  Sin embargo, es una respuesta vacía; te quedas en tu zona de confort y no aprendes nada. Te quedas atrapado en un círculo de comodidad cada vez más pequeño. Juzgar a los demás, algo de lo que todos somos culpables, es una pérdida de tiempo. Céntrate en ti mismo, donde tienes poder y cierto control.

Aquí tienes algunas ideas que pueden ayudarte a entender por qué no tiene sentido:

1.  Trabajas con información incompleta: no sabes lo que ocurre en sus vidas, cómo son su sufrimiento, su historia, sus problemas. Lo mejor que puedes hacer es comparar tu interior con su exterior. Está claro que esto no es una buena base para ningún juicio.

2.  Lo que no nos gusta en los demás es lo que no nos gusta en nosotros – Cuando te encuentres juzgando a alguien con dureza, pregúntate sinceramente: ¿es algo que tú también haces? ¿Te gustaría que te juzgaran con la misma dureza?

3.  No juzgues por las apariencias – Nos apresuramos a juzgar a alguien por cómo va vestido o por el coche que conduce. Tenemos una terrible tendencia en nuestra sociedad a culpar a los pobres por serlo. No puedo pensar en nadie que elija conscientemente la pobreza en lugar de la riqueza. He viajado mucho por todo el mundo y mi experiencia es que la gente más pobre es mucho más generosa que la rica. Hace años entablé una conversación con un anciano modesto y desaliñado que no iba muy bien vestido. Cuando llevábamos unos cuarenta minutos hablando, descubrí que era uno de los propietarios de una de las mayores empresas del mundo.

4.  Sé respetuoso con todos – Trata a todas las personas con respeto, incluidos tus enemigos. Sencillamente, no tienes ni idea de lo que pasa en su vida o en su corazón. He visto a mucha gente retorcida, enfadada y rencorosa con alguien a quien consideran un enemigo. Lo único que consiguen es ponerse enfermos e infelices. Trata a todo el mundo con respeto.

5.  Tolerancia y consideración – Todo el mundo es diferente. A veces es difícil entender las creencias o el comportamiento de otra persona. Algunas personas parecen actuar como locas. Si no puedes entender a alguien o si alguien parece un poco loco y no puedes entenderlo, no pierdas el tiempo rumiando sobre él; en su lugar, céntrate en ti mismo y en tus propios problemas.

6.  Todo el mundo tiene problemas de una forma u otra – Cuando alguien te hace la vida difícil, recuerda que normalmente actúa por su propio dolor. (Nadie actúa para herir a otro a menos que él mismo sufra.) Nunca subestimes el dolor o el sufrimiento de otro. ¿Por qué no dar a la persona el beneficio de la duda?

Las redes sociales se dedican a inflar el ego. Alientan a la gente ignorante y odiosa a juzgar. A menudo saca lo peor de la gente.

En lugar de apresurarte a juzgar a los demás, céntrate en ti mismo, en tu propio crecimiento y en tus propios problemas. Prepárate para salir de tu zona de confort. El crecimiento es incómodo pero merece la pena.

Compartir

• Facebook
•
• Instagram
•
• Linkedin