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NEW YEAR – NEW YOU… con mayor resiliencia

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Geoffrey Molloy

La resiliencia* – ¿para qué? Nadie discutiría el hecho de que vivimos en tiempos con un ritmo de cambio cada vez más acelerado. Desafortunadamente, la educación que hemos recibido nos ha dejado en gran medida poco preparados para el mundo en el que nos encontramos. Un estudio europeo reciente demostró que más del 70% de […]

enero 3, 2018

BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá

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La resiliencia* – ¿para qué?

Nadie discutiría el hecho de que vivimos en tiempos con un ritmo de cambio cada vez más acelerado. Desafortunadamente, la educación que hemos recibido nos ha dejado en gran medida poco preparados para el mundo en el que nos encontramos. Un estudio europeo reciente demostró que más del 70% de visitas al médico de cabecera son por problemas relacionados con el estrés.

A medida que las personas intentan pero no consiguen adaptarse, muchos terminan sintiéndose constantemente ansiosos, duermen mal, experimentan incluso niveles bajos (o elevados) de depresión o padecen de alguna adicción.

Así que, ¿por qué algunas personas se enferman y habitan en una especie de “zona gris” de supervivencia, mientras que otros parecen prosperar independientemente de lo que está ocurriendo? La respuesta es una característica conocida como la resiliencia.

Cuando el término resiliencia se aplica a un material se refiere a la capacidad que tiene para volver a su forma original después de haber sido aplastado, plegado, etc. Cuando se aplica la resiliencia a seres humanos, significa no sólo volver a su forma original, sino volverse más fuerte y sabio como resultado de la experiencia. Las personas resilientes experimentan problemas y dolor pero minimizan un sufrimiento innecesario.

Las habilidades de resiliencia no son únicas y pueden ser aprendidas.

Nuestro programa “Resiliencia – Mindfulness y más allá” – te ayudará a pensar menos y vivir mejor; reducirá el sufrimiento innecesario y te conectará con tu vida. Experimentarás un mayor grado de bienestar emocional y físico, mayor creatividad, una mejor concentración y mejor salud y mejorarás las relaciones con otras personas.

Una sabiduría intemporal junto con técnicas científicamente probadas, enseñados con gran experiencia y humor, significa que el contenido se entiende fácilmente y se pone en práctica fácilmente.

El autor, Geoffrey, el mismo ha experimentado e integrado muchas experiencias difíciles en su vida. Se le podría describir como un buen ejemplo de la resiliencia adquirida.

 

A continuación, comparte algunas herramientas para aumentar tu resiliencia:

Desarrolla la percepción y actitud correctas… No seas víctima… sino, héroe.

“Se le puede quitar todo a un hombre, todo – menos una cosa: lo último de las libertades humanas – elegir su actitud hacia una serie dada de circunstancias, elegir su propio camino.”  Viktor Frankl.

Hay dos actitudes básicas en la vida: la de ser “héroe” o “víctima”. La postura de víctima significa ceder nuestro poder a otros. El miedo, lástima de sí mismo o quejarse son típicas características de esta postura, junto con un auto-parloteo negativo, lo que genera la impresión de que no le sale nada. Es una postura intrínsecamente estresante. La víctima cede a todos los demás responsabilidad de su bienestar y felicidad.

Por lo contrario, la persona que vive desde la actitud de un “héroe” asume la responsabilidad de su propio bienestar. Hace frente a sus problemas, aprende de ellos y la adversidad les ayuda a hacerse más fuertes y sabios. Los héroes sienten ansiedad y dolor también; sufren pero pueden ver su sufrimiento o problemas en un contexto más amplio. Los problemas forman una parte inevitable de la vida; cada problema contiene una lección.

La resiliencia no es un rasgo que la gente tenga o no tenga; implica conductas, pensamientos y acciones que se pueden aprender y desarrollar en cualquier momento.

Desarrolla una buena conexión con tu cuerpo: Nuestros cuerpos son la única fuente fiable de información sobre nuestros sentimientos y emociones. Sin embargo, la mayoría de la personas nunca han recibido alguna formación en cuanto a cómo reconocer, conectar con y gestionar sensaciones corporales (emociones y sentimientos). Una emoción, después de todo, es simplemente la respuesta global por parte del cuerpo hacia una situación percibida. La conexión con el cuerpo es la base de la inteligencia emocional. Es importante entender lo que estás sintiendo y por qué. La conexión con el cuerpo también fortalece la intuición.

Practica el agradecimiento: Tendemos a ser atraídos por las cosas negativas de la vida y recordar estas cosas más que otras. Es una predisposición natural – parte de nuestro sistema para la supervivencia. Si somos conscientes de que existe esta tendencia, tiene sentido tenerlo en cuenta – corregir y compensar. La práctica del agradecimiento no es “pensar en positivo”, algo esencialmente sin sentido; significa entrenarnos a nosotros mismos a ver lo que hay y apreciarlo. Un resultado natural del agradecimiento es aumentar el optimismo. Es importante sentir agradecimiento no sólo para “lo bueno”, sino también por “lo malo” si queremos aprender.

Sentido del humor: Si puedes reírte de las frustraciones de la vida, sobre todo de ti mismo, experimentarás mucho menos estrés como respuesta al estrés y la ansiedad. El humor ayuda a crear una conexión con otros en situaciones difíciles. La risa nos da un importante “turbo” a nuestro sistema inmunológico. El sentido del humor es algo que se puede desarrollar y mejorar. De todas formas, es divertido practicarlo. En nuestro programa Resiliencia enseñamos Yoga para reír.

Ejercicio físico – con regularidad: Estudios demuestran que el ejercicio nos hace más resilientes. Es obvio cuando piensas en ello. Hacer ejercicio con regularidad asegura que tengamos suficientes recursos físicos para afrontar problemas. La liberación de endorfinas también levanta el estado anímico.

Alimentación saludable: Está claro que si te alimentas bien esto también aumentará tu resiliencia para afrontar mejor la vida.

Libérate de adicciones: estar enganchado a alguna sustancia o comportamiento disminuye nuestra resiliencia. Una vez libres y sin echarlo de menos, nos volvemos más centrados y fuertes para poder abordar mejor las dificultades de la vida.

Aprende a meditar: la meditación y sus prácticas relacionadas no sólo generan mayor ecuanimidad a medida que nos liberamos de pensar demasiado, sino que también consigue una mejor conexión con la realidad, lo que a su vez nos permite responder a lo que verdaderamente está ocurriendo en el momento presente, en vez de nuestra respuesta normal e inconsciente de piloto automático.

Mantén “The big picture” – la visión global:

Si miramos al universo y no sentimos asombro, entonces simplemente no entendemos lo que estamos mirando.

Nos perdemos tanto en el “hacer” urgente de nuestras vidas que nos olvidamos del milagro de nuestro “estar aquí”, del milagro glorioso, alucinante de simplemente estar vivos y de la belleza asombrante del universo a nuestro alrededor. Es importante que experimentemos asombro y maravilla ya que nos da una perspectiva diferente de nuestros propios problemas y una mayor conexión con nuestras vidas y con las personas que nos rodean.

Sé bondadoso contigo mismo: Cuidar de ti mismo no es egoísta, sino inteligente. Si no te cuidas de ti mismo, no puedes apoyar a los que te necesitan. Si te encuentras regañándote a ti mismo, para un momento y pregúntate… ¿qué diría yo si estuviese hablando con un amigo? Ahora dite a ti mismo esas mismas palabras.

 

*La resiliencia es el proceso de adaptación adecuada frente a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o incluso fuentes importantes de estrés, como los problemas familiares y en una relación, los problemas de salud graves o los estresores financieros. Además significa la capacidad para «rebotar» de experiencias difíciles.

La investigación ha demostrado que la resiliencia es ordinaria, no extraordinaria. La gente comúnmente demuestra resistencia. Un ejemplo es la respuesta de muchos estadounidenses a los ataques terroristas del 11 de Marzo  y los esfuerzos de las personas para reconstruir sus vidas.

Ser resiliente no significa que una persona no experimente dificultad o angustia. El dolor emocional y la tristeza son comunes en personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas. De hecho, es probable que el camino hacia la resiliencia implique una angustia emocional considerable.

 

Comentarios de la comunidad

Mireya Ceballos

Estimada Mamen, Hola, buenas tardes. Nos ha pedido que le avisemos en el caso de organizar un curso residencial a menos de 200kms de Madrid. Lo siento, no podrá ser ya que el curso residencial lo hacemos en nuestra propia casa y esta se encuentra en el Coo, en el municipio de Los Corrales de Buelna en Cantabria. Las personas que asisten acuden desde diferentes puntos de España; la gran mayoría de Madrid - en coche o tren. En Madrid se puede coger un tren en Chamartín a Torrelavega que tarda tres horas y media aproximadamente. Te buscaríamos de la estación. La finca se encuentra a unos quince minutos. Nos ha pedido que le avisemos por teléfono pero no ha facilitado el número...; si lo quiere facilitar, le llamaré y lo comentamos. A continuación le paso más información al email que nos ha facilitado. Gracias y un saludo.

Mamen

Por favor...Avísenme por teléfono cuando el curso residencial se imparta a menos de 200 km de Madrid

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