MINDFULNESS: LA PUERTA AL CAMBIO

Mientras trabajaba con una clienta el otro día encontraba difícil no sentir su sensación de abandono. Su marido le había abandonado sin previo aviso. Toda esa situación era algo que ella había intentado evitar durante mucho tiempo. La situación le tocó muy hondo en la sensación de abandono que le habían dejado sus padres cuando era niña. Algo en lo que había pasado mucho tiempo intentando no recordar.

Su primera (y habitual) reacción a ese sentimiento de abandono era luchar, gastar energía peleando contra sus verdaderas emociones. Pero luchar contra tus verdaderas emociones (muchas veces incluso antes de saber cuales son) es una lucha profundamente agotadora que no lleva a ninguna parte.

Unos días después, durante nuestra conversación sobre ese evento me comentó que a través de la práctica de mindfulness fue consciente de su reacción dándose cuenta de que ha tenido esa reacción “piloto automático” desde que era una niña. Se dio cuenta de que nunca se ha permitido sentirse enfadada ni triste.

Como resultado, siempre está intentando complacer, lo cual también es agotador.

Entonces llegó la gran pregunta: ¿Qué ocurriría si se permitiese sentir enfado o tristeza? La respuesta: verdaderamente no lo sabe. Su enfado y su tristeza están tras una puerta cerrada. Esa puerta ha estado cerrada casi toda su vida. No tiene ni idea de lo que hay tras la puerta. Sintiéndose algo nerviosa se dio cuenta de que debe abrir la puerta.

Ahora por primera vez en su dolor, algo es diferente, algo ha cambiado, su habilidad para poner su atención plenamente en el presente le permite ser consciente de sus sentimientos actuales sin juzgar.

Descubre que si puede encontrar la aceptación de su estado presente, la puerta se abrirá sola y todo lo que necesita curarse le es revelado.

El esfuerzo no es la llave al cambio. Ella había estado probando eso toda su vida, volviéndose loca con incansables pensamientos. Es la percatación cariñosa y sin juzgar lo que da lugar a la aceptación y la posibilidad de cambio.

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