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octubre 26, 2021
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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¿Has leído las noticias últimamente? Si tienes algo de empatía o compasión en tu corazón, puede que las noticias te dejen deprimido/a y sin esperanza. Parece que no haya fin a la estúpidez, avaricia, violencia y crueldad. El mundo necesita líderes con compasión pero parece que para la mayoría la característica predominante es la venalidad. Vemos como la desigualidad atrae al peor tipo persona – personas que han acumulado miles o millones de veces más riqueza material de la que les podría hacer falta, pero continuan, dirigidos por la avaricia y el ego acumulando aún más, explotando a sus compatriotas hasta el punto de que muchos se quedan hambrientos, sufren y se mueren. Puede que nuestra empatía y compasión se sientan abrumadas. El verdadero peligro es cuando nos resignamos a no hacer nada.
Los medios modernos, sobre todo las redes sociales han hecho que las personas se vuelvan cada vez más cínicas; muchas personas quieren ser famosas sólo por ser famosas y harán lo que sea para conseguir esto. En este ambiente, actuar de manera compasiva, o intentando marcar una diferencia puede parecer no tener sentido. Existe demasiada injusticia, horrores y sufrimiento. Puede que nos sintamos motivados/as a salvar el mundo, pero a la vez deprimidos por la pura inmensidad de la tarea. Recuerda lo siguiente: no puedes arreglar todo lo que no está bien en el mundo; tampoco es tu deber hacer esto.
Pregunta: ¿Cómo es la mejor forma de comer un elefante?
Respuesta: mordisco a mordisco.
Se puede aplicar esta filosofía a nuestras propias vidas. No podemos arreglar el mundo roto en el que vivimos pero si tenemos una actitud de compasión mindful, sí podemos marcar una diferencia.
En vez de centrarte en problemas de “la humanidad”, mejor centrarte en los problemas de los seres humanos.
A continuación, un cuento conocido:
Un hombre está paseando por la orilla del mar después de una tormenta y descubre que la playa está cubierta de estrellas de mar muriéndose arrastradas por la marea. Sigue paseando y observa como un chico las tira al mar, una por una. El hombre le dice al chico que hay tantos kilómetros de playa y tantos miles de estrellas de mar y que hacer esto no va a cambiar nada ni hacer ninguna diferencia. Mientras tira una estrella de mar al océano, el chico le responde, “pero acabo de hacer una diferencia para ésta.”
Recuerda, nunca es demasiado tarde empezar. En vez de actuar como si tuviésemos la responsabilidad de todas las cosas malas y el poder de arreglarlas todas, necesitamos encontrar una perspectiva más verdadera y sabia – el punto de vista del hortelano sabio.
El hecho es que tú no puedes controlarlo todo; formas parte de un espléndido tapiz viviente que existía antes de que tú aparecieras y seguirá ahí después. Cuando actúas con compasión, guiada por la empatía y cariño bondadoso, plantas las semillas al cambio. Puede que no llegues a ver el árbol maduro y la fruta que dará. Nosotros no somos más que los que plantamos las semillas, los que cuidamos la huerta y los árboles. Cuando las semillas de nuestras acciones son cariñosas y sinceras, guiadas por la compasión y el cariño bondadoso, terminarán en una cosecha que nutrirá a todos los seres.
Somos humanos y a veces y muchas veces fracasaremos pero esto no es tan importante, ya que, no importa lo que ha ocurrido, podemos empezar de nuevo. Sólo podemos comenzar ahora, dónde estamos ahora mismo; es lo único que podemos realmente tener o experimentar. En este ahora, en este mismísimo momento plantamos las semillas para el futuro.
No podemos resolver todos los problemas del mundo, pero sí podemos marcar una diferencia positiva: persona por persona, paso a paso y momento a momento.
Esta es la actitud que tiene el hortelano sabio hacia su huerto y árboles.
Así que, ¿Qué semillas plantarás tú hoy? ¿Qué frutos darán? ¿Serán saludables y nutritivos?
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