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julio 26, 2018
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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Para mí, una parte esencial de mi bienestar es sentir asombro/sentirme maravillado. El asombro me da perspectiva; me ayuda a levantar mis ojos, mi consciencia. En vez de escarbar como una gallina en el polvo de mi ego, la experiencia del asombro es planear como un águila. Un sentido de asombro surge cuando sales de tu ego, cuando conectas y experimentas la «bigger picture» – el milagro y misterio de la existencia. No importa cómo elijas verlo, somos la forma en que el universo se entiende o incluso se aprecia a sí mismo.
La ciencia indica que poco menos de 14 mil millones de años, el Universo llegó a existir a través del «Big Bang». Ese universo temprano era mucho más simple, compuesto de elementos más simples y ligeros como el hidrógeno y el helio. Cualquier otro elemento; el hierro en tu sangre, el oxígeno que respiras, el carbono en tus células, se crearon en estrellas y se dispersaron a través del universo mientras morían y explotaban. Piensa en esto por un momento. Esto significa que todo lo que puedes sentir, imaginar, soñar, saber o pensar proviene de y es parte del universo. Esto significa que nuestra conciencia también es una propiedad del universo.
En nuestra ignorancia, confundimos quiénes somos con nuestros egos. La naturaleza del ego es crear una sensación de separación. Olvidamos en un nivel mucho más profundo que somos una parte del universo. ¿El universo podría apreciarse a sí mismo sin nuestra conciencia? Somos la forma en que el universo puede observar y apreciarse a sí mismo. El universo me ha dado dos trabajos para hacer; apreciarlo y aliviar el sufrimiento mediante la eliminación de la ignorancia. Cada vez que me tomo mi tiempo para contemplar esto, me voy con un estado de asombro y un profundo sentimiento de gratitud por esta oportunidad.
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