La vida es difícil
mayo 27, 2025
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BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá
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Geoffrey Molloy

Cualquiera que sea el camino que elijas en la vida, será difícil. A menudo, la elección en la vida es: “¿qué tipo de dificultad prefiero?”
La vida es difícil. No hay forma de escapar a ese hecho.
Podríamos desear tener una vida sin problemas. Podríamos desear que las cosas no cambiaran constantemente y, por eso, sufrimos debido a la siguiente verdad:
El universo te envía un problema. Si lo resuelves, el universo te envía otro problema. Si no resuelves el problema, tienes que repetir y permanecer estancado hasta que lo hagas.
Lo único que nunca cambia es el hecho de que hay y siempre habrá cambios. Nada es permanente. Todas las cosas cambiarán, todos los seres vivos morirán.
Luchar contra esta realidad es como intentar someter un río grande, rápido y caudaloso pegándolo con un palo pequeño. ¡Buena suerte con ello!
Tú, como yo, quieres evitar el sufrimiento y sentirte feliz. Quieres llevar tu mejor vida. Tienes un profundo deseo de vivir tu vida lo mejor posible.
A menudo conozco a personas que son infelices, pero que también me dicen que simplemente no pueden mantener prácticas de resiliencia emocional (meditación, mindfulness,…) porque es “demasiado difícil” o “yo no soy así”. Realmente no quieren enfrentarse a esos sentimientos incómodos, que pueden ser vergüenza, vacío o ansiedad. Lo ven como algo demasiado difícil, demasiado incómodo. Otros, por el contrario, se han apegado a sus sentimientos negativos. Por ejemplo, su ira puede ser el resultado de un sufrimiento profundamente desagradable, pero se han apegado a ella; se sienten con derecho a estar enfadados. Soltarlo, perdonar les traería paz, pero simplemente no saben por dónde empezar.
Aquí hay otra verdad:
Cualquiera que sea el camino que elijas en la vida, será difícil. A menudo, la elección en la vida es “¿qué tipo de dificultad prefiero?”
Tanto las dificultades como las recompensas son diferentes según el camino que elijas.
Podrías posponer enfrentarte a la dificultad de lidiar con un trauma, una relación tóxica, complacer a los demás, la ira crónica, la ansiedad y, en vez de eso, adoptar una actitud de autocrítica constante y hacer lo que hace la mayoría de la gente en esta sociedad del “tómate algo”: anestesiarte con una droga, como el alcohol, los ansiolíticos o los antidepresivos, o con una actividad, como el sexo, el trabajo compulsivo, las compras compulsivas o las redes sociales. No faltan distracciones que pueden convertirse rápidamente en dependencias o adicciones. Vivir así es difícil; implica un sufrimiento prolongado (en su mayor parte autoinfligido). Lo mejor que puedes esperar es probablemente años de una vida interior de desesperación silenciosa, mientras el anestésico que has elegido se convierte en adicción y te quita la alegría de vivir.
La alternativa también es difícil: adoptar el camino del crecimiento, adoptar la actitud del hortelano sabio, enfrentarse a los pensamientos compulsivos y a los sentimientos difíciles. Aprender a soltar, a pasar página. Aprender a experimentarlos e integrarlos hábilmente para que pierdan su poder. Encontrar la paz que siempre está ahí, dentro de ti. Esto también es difícil, pero la recompensa es una mayor paz, un sentido de la vida, conexión y una mayor sensación de alegría.
Ambos caminos son “DIFÍCIL”, así que elige tu “DIFÍCIL”.
He aquí otra verdad: si lo que buscas es la paz, siempre se encuentra al otro lado de los sentimientos incómodos. Perseguir el placer evadiendo el dolor conduce a no ser consciente de las cosas. La felicidad y el sufrimiento están indisolublemente entrelazados, y aceptar el sufrimiento con habilidad puede conducir a una mayor felicidad, ya que al reconocerlo, comprenderlo e integrarlo, podemos transformarlo en compasión, sabiduría y alegría. Los sentimientos incómodos no son problemas que hay que resolver, sino información que hay que experimentar e integrar. Es la forma que tiene tu cuerpo de llamar tu atención sobre lo que necesita curarse. Es de suma importancia afrontar las dificultades de la vida como un camino hacia el crecimiento y la felicidad. El sufrimiento es una parte natural del proceso de crecimiento de la vida y es esencial para la madurez psicológica y espiritual. En resumen, la búsqueda de la felicidad implica aceptar y comprender hábilmente el sufrimiento, ya que puede conducir a un crecimiento personal más profundo, a la compasión y a la alegría.
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