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Geoffrey Molloy
¿Cómo encontrar la pareja ideal? – ¡Deja de buscar! Es una de las razones más comunes por las que las personas nos visitan en Cantabria; “No tengo pareja; quiero encontrar el hombre/la mujer de mi vida”. Encontrar pareja y tener hijos está pre-programado en la mayoría de nosotros. Puede sentirse como un hambre o un […]
febrero 25, 2020
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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¿Cómo encontrar la pareja ideal? – ¡Deja de buscar!
Es una de las razones más comunes por las que las personas nos visitan en Cantabria; “No tengo pareja; quiero encontrar el hombre/la mujer de mi vida”. Encontrar pareja y tener hijos está pre-programado en la mayoría de nosotros. Puede sentirse como un hambre o un vacío que necesitamos llenar. “Todavía no he encontrado a la persona adecuada y se me va a pasar el arroz.”
Nuestra misión evolutiva es sobrevivir y reproducirnos. Es nuestro instinto. En mi experiencia, este instinto suele ser más fuerte en las mujeres que en los hombres, aunque muchos hombres sí, experimentan algo parecido, pero normalmente más tarde en sus vidas.
Cuando nos encontramos en este modo de “encontrar una pareja”, percibimos a toda persona que conocemos a través del filtro “¿Podría ser éste el amor de mi vida?”
A tus genes les importa un comino si eres feliz o no, siempre y cuando te reproduzcas. Esta imperativa genética puede convertirse en una obsession. Cuando esto ocurre tus posibilidades de encontrar la “pareja ideal” en algún momento se aproximan a cero. La obsesión y la dependencia distorsionan nuestra percepción y comportamiento. Cuando estamos desesperados por algo también nos volvemos vulnerables al abuso. Esto normalmente significa una cadena de relaciones inadecuadas, infelices y abusivas.
La obsesión también nos puede impulsar a una relación adictiva, convirtiéndose en un bucle que salta entre la euforia cuando las cosas van bien, seguido por el dolor y la angustia del próximo drama que amenaza a destruir la relación, volviendo a la euforia, luego la angustia y así sucesivamente. Es fácil caer en la trampa, “si tan sólo cambiase” o “si tan sólo podría conseguir que deje de hacer esto o lo otro, sería feliz”. No se trata de preguntarse “¿podría querer a esta persona cambiada (imaginaria) en el futuro?”, sino hacerse la siguiente, “¿puedo ser feliz el resto de mi vida con la persona real que tengo delante, exactamente como es, sin cambios ni modificaciones?”
Personalmente, cuando era más jóven, yo mismo sufrí una sensación de vacío y recurría al romance, al sexo y al amor. Pensaba que otra persona llenaría ese vacío. Puedo contarte por experiencia que esto es una base terrible para comenzar una relación.
¿Qué podemos hacer? Habiendo vivido y experienciado todo lo descrito anteriormente y con la gran fortuna de estar muy felizmente casado desde hace casi treinta años, sugiero lo siguiente:
Lo que he escrito aquí está basado en mi propia costosa experiencia y la experiencia de trabajar con otras personas con los mismos dilemas. La clave, como con muchas otras cosas en la vida, es conocer y aceptarte a ti mismo/a.
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