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Geoffrey Molloy
Una de las grandes paradojas de la vida es que los cambios más profundos y duraderos resultan cuando soltamos lo de esforzarnos en cambiar y en vez de esto empezamos a fijarnos – con curiosidad abierta, autocompasión y humor. Un deseo de cambiar puede fácilmente convertirse en obsesión. La obsesión, obligarnos, forzarnos demasiado es efectivamente […]
diciembre 5, 2017
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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Una de las grandes paradojas de la vida es que los cambios más profundos y duraderos resultan cuando soltamos lo de esforzarnos en cambiar y en vez de esto empezamos a fijarnos – con curiosidad abierta, autocompasión y humor. Un deseo de cambiar puede fácilmente convertirse en obsesión. La obsesión, obligarnos, forzarnos demasiado es efectivamente un impedimento al cambio. Esforzarse demasiado a cambiar es lo que bloquea al cambio.
“Sólo quiero sentirme normal,” es una frase que escucho mucho en las sesiones aquí en Cantabria. “Sólo quiero sentirme normal… y ya no sentirme tan ansioso/a…. no sentirme tan solo/a…. sólo quiero sentirme relajado/a y feliz.”
Las buenas y malas noticias son que no existe tal cosa como “normal” y que querer ser normal generalmente acaba en sufrimiento.
Tanto “normal” como la “perfección” son creaciones de la mente racional; son imaginarios y no reales. Los dos son completamente subjetivos y mal definidos. En otras palabras – imposibles de lograr pero decididamente puedes hacerte infeliz en el intento de conseguirlos.
El hecho es que todos somos diferentes; raros, muy raros pero normalmente en un punto entremedio. Exactamente dónde, depende totalmente de tu percepción.
Lo que se considera “normal” generalmente está construido de ideas y reglas que no son nuestras. Fueron impuestas en nosotros por nuestros padres, profesores, familiares, mentores, vecinos, la sociedad; en otras palabras, por personas; ideas y reglas que nosotros mismos no elegimos conscientemente.
Cuando intentamos cambiar para ser más “normales” o perfectos, la implicación es que no somos “lo suficientemente buenos” tal como somos. Implica que de alguna manera deberíamos de sentirnos diferentes a cómo nos sentimos ahora mismo – ser otra persona. La parte más extraña de esto es que creemos que ya sabemos cómo deberíamos de sentirnos.
Es mucho más importante tomar nuestro tiempo para fijarnos en cómo estamos ahora mismo, llegar a conocer y aceptarnos a nosotros mismos con curiosidad abierta, auto-compasión y humor. Si no hacemos esto, estamos intentando cambiar algo que no entendemos (es decir, lo que está ocurriendo exactamente aquí y ahora mismo) a algo que no está definido (es decir, no existe y de todas maneras, es algo totalmente subjetivo). Esto no tiene sentido. Antes de empezar un viaje importante, es verdaderamente útil entender dónde y cómo estás aquí y ahora.
Autor: Geoffrey Molloy
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