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La envidia – una dolorosa pérdida de tiempo

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Geoffrey Molloy

No sirve de nada caer en la trampa de la envidia haciendo comparaciones nada reales con otras personas. Asume la responsabilidad de tus emociones y acciones.

febrero 8, 2022

BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá

2 comments

Quiero compartir algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida:

Toda persona con la que te cruzas en la vida está luchando su propia batalla, sobre la que tú no tienes ni idea.

Todos tenemos algún sufrimiento.

También…

Gran parte del tiempo, la mayoría del sufrimiento es auto-infligido.

Surge de la ignorancia sobre la verdadera naturaleza de las cosas.

Es fácil caer en la trampa de la envidia o hacer comparaciones nada favorables con otras personas que aparentemente son más ricos, han heredado más; parecen tener la familia perfecta, la pareja perfecta; un mejor trabajo; una vida perfecta (tal como nuestra sociedad nos ha lavado el cerebro para creer que debería de ser así).

La envidia es como sentir lástima de sí mismo – una dolorosa pérdida de tiempo total.

El bienestar material viene y se va. Las relaciones vienen y se van. La salud viene y se va. El trabajo viene y se va. Todos hemos conocido algo de felicidad y algo de tristeza; algo de alegría y algo de dolor. De hecho, uno no es posible sin lo otro. Nada es permanente; todo cambia y todo lo que nace, morirá.

Lo único que tienes, que siempre ha estado aquí y siempre estará aquí sin cambiar, es tu atención. Cuando aprendemos a gestionar nuestra atención, prestar atención a nuestras vidas de una cierta manera, nos movemos desde lo inconsciente a lo consciente; desde la reacción automática hacia una respuesta elegida; desde la ignorancia hacia la luz, la iluminación.

Así que no te tomes las cosas de forma personal. Recuerda, cada persona tiene su propia película; es sólo que da la casualidad que tú te encuentras en su película también, normalmente con un papel secundario. Nadie actúa de manera vengativa si no sufre dolor en su propio corazón. Echa un vistazo dentro de ti para darte cuenta de esta verdad. Entiende esto. Asume la responsabilidad de tus propias emociones y acciones.

Alternativamente puedes echar la culpa a otras personas. Echar la culpa puede darte el consuelo de “tener razón”, pero es el consuelo del tonto que te lleva al vacío de quedarte estancado.

Recuerda, cada persona lleva su propia “mochila” a cuestas; el truco es encontrar a alguien que pueda estar contigo y ayudarte a vaciarla.

Deseo que estés tranquilo, feliz y sano y salvo.

Comentarios de la comunidad

Susana Gonzálvez

Muchas gracias por tus boletines Geoffrey, me ayudan mucho a parar y a ponerle conciencia a las cosas.

Vasile

Muy constructivo, como siempre señores! Seguir así Familia!!!

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