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diciembre 17, 2019
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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·Nos gustaría terminar el año 2019 con un…
Homenaje a la península ibérica – sobre todo a las personas que vivís en ella
Cada equis tiempo alguien nos pregunta, “¿Cómo que trabajáis y vivís aquí?”
La respuesta: “hasta cierto punto… por el clima, la comida, el paisaje… pero sobre todo por VOSOTROS – los que nos habéis dado una bienvenida tan cariñosa.
Me identifico con las palabras de George Orwell:
“ … I defy anyone to be thrown as I was among the Spanish (working) class — … — and not be struck by their essential decency; above all, their straightforwardness and generosity. A Spaniard’s generosity, in the ordinary sense of the word, is at times almost embarrassing. If you ask him for a cigarette he will force the whole packet upon you. And beyond this there is generosity in a deeper sense, a real largeness of spirit, which I have met with again and again in the most unpromising circumstances.”
Intento traducirlo (teniendo en cuenta la ironía del ejemplo del cigarrillo)… “Reto a cualquier persona que ha sido tirado – como lo fui yo – entre las clases (obreras) españolas – y no ser impresionado por su decencia esencial; sobre todo su franqueza y generosidad. La generosidad del español en el sentido normal de la palabra es, a veces, hasta embarazoso. Si le pides un cigarrillo, insistirá en darte toda la cajetilla. Y más allá de esto existe una generosidad en un sentido más profundo, una amplitud de espíritu, con la que me he encontrado vez tras vez en las circunstancias menos prometedoras.” (Homage to Catalonia)
Yo (Rhea) aterricé aquí, concretamente en Madrid, por primera vez en 1978 con 18 años. (Geoffrey y yo hemos vivido aquí desde 1991 – en Cantabria desde 2000) Jane, una amiga y yo hicimos autostop Calais – Paris – Madrid – Granada – Málaga – Sevilla –Madrid – Paris durante un mes con cien libras y gracias a la hospitalidad y generosidad de todos con quienes nos encontramos, no pasamos hambre ni un solo día. Hasta hoy me acuerdo del sabor del conejo rebozado delicioso que el camionero que nos llevó de Madrid a Paris compartió con nosotras. Bueno, creo que este señor en particular era portugués pero bueno… no importa.
No tendréis tiempo (ni ganas, sospecho) de conocer aquí a todas las personas a quienes hemos tenido el privilegio de conocer. Que nadie se ofenda si no se encuentra en el listado; ocupas un lugar estrella en nuestro corazón; sentimos un tremendo agradecimiento hacia todos: Mireya, Mariajo que llevan muchos años introduciendo una enorme alegría, buen humor en nuestra oficina de lunes a viernes, ayudándonos con el funcionamiento de nuestra empresa. También a Ingrid. Muchas gracias a Juanjo que se encarga de nuestro papeleo y “números”. Gracias también a Almudena, Alejandra, Kike por su ayuda en cuidar la casa y cocina atendiendo a los que os atrevéis a asistir a nuestros retiros. Por cierto, gracias a todas las personas que han confiado en nuestro trabajo y han abierto sus mentes a nuestro planteamiento cara hacia el estrés y las adicciones. Es gracias a vuestras experiencias, lo que nos contáis lo que nos ayuda a mejorar lo que hacemos. Sentimos un profundo agradecimiento a todos los contactos de empresas que coordinan los programas empresariales. Un agradecimiento especial para Ricardo Serralta, el primerísimo médico de empresa (de Schweppes) que se atrevió a contratar nuestro programa para dejar de fumar. Ricardo nos ayudó mucho a introducirnos en otras muchas empresas en España.
Aprecio en especial la bondad, y hospitalidad y paciencia de la familia Picabia que me acogieron como “otra hija más” hace más de treinta años. Gracias a ellos aprendí el castellano, a comer bien. Gracias a Rosario aprendí a comer lentejas, alubias etc y… pan tumaca… Rosario sigue a la cabeza de su gran familia con cerca de cien años y está perfecta.
Seguro – existen pocos otros lugares donde se puede criar a hijos tan a gusto. Sois encantadores. Estamos agradecidos a todos que han tenido un papel en el cuidado y educación de los nuestros: Eva, Pilar, Mabel, María José; los maestros/maestras…profesores/profesoras cuya paciencia, cariño e interés no se puede expresar en palabras… Dos hijas siguen recordando con cariño a “Chuchi” su profe de instituto en San Lorenzo de Escorial – un caballero muy inspirador. Mi manera de ser con su toque de formalidad nórdica algo más fría sigue alucinando cada vez que observo el trato cariñoso por parte de alguna persona (da igual quién – el pintor, la panadera, la peluquera, la dependiente en una zapatería, frutería, etc… hacia mis hijos y ahora hacia mis nietos. Hoy mismo, Carlos, un vecino de Coo, el pueblo donde vivimos, compartió conmigo su pena al no encontrarse en casa cuando le visitó nuestra hija y nieta, Anaïs. Este señor y su señora, Rosario sienten y demuestran un auténtico cariño, bondad – hasta amor hacia ella y sus hermanos.
Lo que me encanta es que nuestros hijos, a pesar de haber sido criados en nuestra casa con nuestras costumbres, han sido empapados por esta manera encantadora de tratar a los niños en especial y siento orgullo y alegría cuando observo y escucho su manera de ser.
Gracias también a todos los médicos y enfermeras que nos han tratado y reparado (entre otras cosas) nuestros huesos rotos. Hemos dado a luz a cuatro niños en vuestros hospitales y el cuidado que hemos recibido ha sido incomparable. Muchas gracias.
Gracias a todos los cocineros/cocineras responsables de los innumerables “menús” que hemos comido en nuestros viajes por España. El concepto del menú (dos platos y postre) a tan buen precio – que yo sepa – no existe en otros países….
Y ¡¿cómo puedo olvidarme de Pili y Ana Pilar que luchan por controlar mi pelo y cejas?!
Ah… gracias y al piloto de avión que está calmándome con sus palabras (con acento español) de aparente control mientras que, en el momento de escribir estas palabras, estamos pasando por turbulencia por encima de Aragón.
¡GRACIAS a todos!
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