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septiembre 17, 2013
Alimentación consciente, Boletines,
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Veo que cierto número de nuestros clientes seguís arraigados con “diente y garra” a la creencia de que si queremos perder peso lo mejor es mantener alejados los carbohidratos de la mesa y seguir la dieta que tanto se aconseja hoy en día: filete con ensalada o verduras, la famosa “pechuga y lechuga”. La creencia “de rigeur” es que lo que engorda son los carbohidratos. Me decís: ¿Macarrones, espaguetis? ¡Ni hablar!, ¿Plátano? ¡Estás loca! ¿Pan? ¿Patatas? Pero ¡Qué dices!
También veo que algunos entre vosotros seguís muy arraigados a la idea de que si quiero perder peso, es absolutamente imprescindible que sienta hambre – sino no va a ser imposible que adelgace.
La “ola” moderna ha conseguido crear una paranoia en cuanto a los carbohidratos. Veo que estáis escépticos cuando os sugiero que una de las mejores maneras de recuperar tu salud, conservarla y como consecuencia natural equilibrar tu peso (tengas sobre peso o te falte peso) es darles la bienvenida a los carbohidratos a tu mesa y lo que es más permitirte comer todo lo que quieras hasta saciar tu hambre. Vuelvo a hablar de vuestros maravillosos platos españoles de toda la vida: lentejas, alubias, garbanzos, cocido, fabada, paella, fideua etc. Pues, sí come plato y medio de cocido. NO PASA NADA.
Una señora el otro día escucha esta sugerencia y luego me dice: “Vale, pero si ahora quiero ponerme de régimen, sería mejor que coma un filete con ensalada…” Creo que no he puesto suficiente énfasis en esto. Repasemos:
Los carbohidratos en forma de legumbres, cereales, verduras, frutas han constituido la piedra angular de la alimentación de los homidios desde hace milenios. Si reflejamos la evolución del ser humano en un reloj de 24 horas, ten en cuenta que hasta aproximadamente las 23:54 hemos sido recolectores y cazadores (sí hemos comido carne pero en diferente cantidad. ¡Te estoy imaginando en tu traje de negocios por la «Gran Vía» de tu ciudad buscando un jabalí delicioso!).
Existen aún hoy en día bastante número de poblaciones que siguen guardando los alimentos con alto contenido de carbohidratos como pieza central de su alimentación. En el “China Study” – un estudio que citamos en nuestros cursos – el “Gran Prix” de la epidimiología empezado en 1983, que estudia la relación entre la nutrición y la salud con 6.500 personas en China, se demuestra sin onza de duda que en las poblaciones donde menor consumo de alimentos de origen animal haya (0,8% del total de calorías ingeridas – es decir unos 7 gramos), tanto menor la incidencia de sobrepeso, obesidad y enfermedades relacionadas – como las cardiovasculares, el diabetes, el cáncer etc.
Es sólo durante los últimos cien/ciento cincuenta años que la sociedad occidental ha subido las proteínas y principalmente las proteínas de origen animal al pedestal de la comida sana. Esto se ve reflejado en el menú de la mayoría de los restaurantes: pollo asado, solomillo con salsa de queso Idiazabal, entrecote con patatas, merluza a la plancha, rebozada etc, etc.
Nuestras Abuelas y Madres han asegurado que en la mayoría de nuestras comidas principales haya un buen trozo de carne, pescado, huevos etc. Si te digo la palabra “proteína” ¿qué alimento viene a tu mente en seguida?
Ya sabemos que en la comida hay muchos nutrientes. Los macronutrientes son los carbohidratos, las proteínas, las grasas. El nutriente que más necesita nuestro cuerpo son los carbohidratos. Los adultos necesitan 35 veces más carbohidratos para la energía que proteínas para el crecimiento. Incluso en la niñez se necesitan más carbohidratos que proteínas para crecer. Y necesitamos 800 veces más carbohidratos que grasas. Por ejemplo, un hombre adulto necesita 20 g de proteínas al día para reemplazar y reparar células. Necesita unos 700 g de carbohidratos para satisfacer la demanda por energía y 3g de grasa. Los carbohidratos constituyen la forma más eficiente de energía para el metabolismo celular. ¿Cuáles son los alimentos con mayor cantidad de carbohidratos? Las verduras, frutas, cereales, granos….
Cuando comes alimentos con alto contenido de proteína y grasa, tus células siguen ansiando carbohidratos. (Lo que explica estas ansías de comer que me comentáis muchos de vosotros cuando llegáis a casa al final del día y pasáis el resto de la tarde con la cabeza en la nevera.)
Muy importante, si tu dieta es deficiente en carbohidratos tendrás que comer MUCHÍSIMO más comida en el intento de satisfacer tu necesidad por combustible. Es probable que comas más alimentos con alto contenido de proteínas y grasas – ¿Resultado? Más kilos y lo que es más… ¡Sigues con hambre!
Los carbohidratos “extras” se almacenan en músculos y en el hígado en forma de glicógeno y se queman para producir calor corporal. Existe una paradoja muy interesante. En el “China Study” se descubre que una persona china consume como medio unas 2.641 calorías al día, mientras que una persona en Estados Unidos consume unas 1.989 calorías. Es decir el chino ingiere más calorías. Lo que explica esta aparente paradoja, (porque todos sabemos que existe mucho más sobrepeso y obesidad en EEUU que en China (rural)), es que una persona que se alimenta con pocos alimentos de origen animal convierte sus calorías en calor corporal, mientras que la persona que consume principalmente alimentos de origen animal convierte las calorías que sobran engrasa corporal. Ten esto en cuenta, por favor los que queréis perder peso.
El médico Dr. John McDougall tiene gran fama en Estados Unidos ayudando a muchísimas personas a perder peso, incluso invertir enfermedades a través de la dieta. En un programa de televisión coincidió con el superatleta Carl Lewis, concretamente en 1990. Este atleta – créelo o no – estaba muy preocupado porque le estaba costando una barbaridad controlar su peso – dudo mucho que nosotros hacemos tanto ejercicio como Carl Lewis – incluso este caballero estaba teniendo problemas de peso, lo que afectaba su rendimiento. Adoptó los principios de John McDougall – que consiste en comer todos los cereales integrales, legumbres, verduras, patatas etc. hasta saciar el hambre, NINGÚN alimento de origen animal. Con este programa de nutrición, Carl Lewis siguió “atletando” y posteriormente batió el record mundial en la carrera de 100 metros, ha ganado dos medallas de oro y ha saltado 29 “feet” (¿ocho metros?) tres veces seguidas……
Personalmente no llego a ser vegetariana y aunque que respeto mucho los consejos que imparte el Dr. McDougall, porque todo que sugiere tiene una base sólida científica, los encuentro muy radicales. Admiro muchísimo a las personas que se convierten en vegetarianos por razones morales. Pero se ve que no soy tan buena persona y sigo comiendo carne y pescado porque soy una glotona.
Si tú quieres equilibrar tu peso, y hablo con la persona que quiere ganar peso también, te animo fervientemente que reduzcas el consumo de alimentos de origen animal al mínimo, mínimo.
Históricamente reservábamos la carne, el pescado, el queso incluso para las fiestas. Hoy en día la mayoría de las personas que consumen la dieta típica occidental están comiendo como comían muy pocos aristócratas opulentos en otros tiempos – lo que se documenta en la literatura y en el arte. Hablo de estos cuadros en los que ves a gente más bien redonda obviamente rica con sus “trapos” lujosos de seda, terciopelo etc; existen muchas descripciones literarias de decadencia y enfermedades como la gota que atestiguan los efectos de la extravagancia nutricional. Es un hecho que un estilo de vida sedentaria y una dieta con muchos alimentos de origen animal y pocos carbohidratos y fibra destruyen la salud y causan sobrepeso y obesidad.
No hemos sido diseñados por la evolución para seguir tal dieta.
Vale, si disfrutas de la carne, del pescado etc. Resérvalos para una fiesta y asegura que tu almuerzo no siga pareciendo a Navidades, la comida a Pascuas, la cena a las fiestas del pueblo!! En las sociedades más tradicionales la naturaleza imponía límites en cuanto a la disponibilidad de alimentos tipo “fiesta”. Tales límites apoyaban la salud y estabilizaban el peso. Hoy es demasiado fácil conseguir estos alimentos.
Si podrías colocar tus hábitos alimenticios en el contexto del mundo actual, en el contexto de la historia verás que tus hábitos alimenticios son muy diferentes a los de tus antepasados y que la mayoría del mundo actual (pues sí, existe un par de billones de personas que no comen como tú) y que estos hábitos alimenticios son la causa de la epidemia actual de sobrepeso, obesidad y muchas enfermedades degenerativas. La dieta moderna pesa demasiado para nuestro metabolismo.
Se trata de encontrar el equilibro y que volvamos a abrazar estos platos simples de toda la vida y reservar la comida tipo “fiesta” para nuestras celebraciones.
Además los carbohidratos tienen efectos en el cuerpo que se extienden más allá de la salud física a una salud emocional y psicológica. Cambian la química cerebral. Unas investigaciones realizadas en el “Massachusetts Institute of Technology” han demostrado que el consumo de carbohidratos aumenta los niveles en el cerebro del neurotransmisor químico, la serotonina. Ya lo sabes, la serotonina descadena una sensación de bienestar, mejora nuestra capacidad para concentrarnos y mejora el sueño. También disminuye ansías de comer. Los alimentos con alto contenido en proteínas, como por ejemplo la carne y los lácteos tienen el efecto opuesto en la química cerebral. Causan un descenso en los niveles de serotonina. Así que antes de tomarte un ansiolítico o antidepresivo, tómate un buen plato de cereales (con mucho copo de avena por ejemplo)….(Y no te olvides de saltar en el mini-trampolín – hace maravillas para nuestro bienestar emocional.)
Os escribo este newsletter desde un hotel en Valencia. Estoy a punto de bajar a la calle y comer un “menú” de 8 euros. Ayer comí dos primeros como siempre: una ensalada y de “segundo” un “arroz a horno” y sí comí los dos trozos de costilla que lo acompañaba. ¡Todo delicioso!
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