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febrero 8, 2017
Alimentación consciente, Boletines,
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Hoy os comparto una receta que aprendí de la “familia” Italiana Grammatica que siempre me acogen con los brazos abiertos y me hacen sentir una más. Viven en un pueblecito en el noroeste de Italia llamado San Michelle all’Adigeen a 15 Km de Trento.
Allí se dedican principalmente al cultivo de manzanas ecológicas. Su granja es un paraíso de árboles llenos de vida y un pequeño huerto donde desde hace un año, la hermana mayor junto a su pareja están recuperando semillas de verduras y hortalizas antiguas. El resultado es un huerto con multitud de variedad; zanahorias moradas, chirivías, remolachas amarillas y anaranjadas, hojas verdes de diferentes formas y texturas, flores comestibles y hierbas aromáticas; tanto para consumo propio como para la venta.
Para mí, son un ejemplo vivo de la frase… Piensa globalmente y actúa localmente… Se ve reflejado hasta en su masa de pizza, hecha con los granos de espelta recién molidas (¡como no! Molido en el molino de piedra construido por el padre) en sus desayunos, para el cual, se levantan esos 15 minutos antes (como mínimo) para regalarse el tiempo de desayunar con conciencia, todos juntos, antes de ir a trabajar al campo o en las comidas improvisadas, donde la mayoría de la compra se hace en el invernadero. Son muchos pequeños gestos, que sí que marcan la diferencia… pues compartirlo con ellos es un regalo de aprendizajes constantes.
El verano pasado tuve la suerte de colaborar con ellos, en su proyecto “Zenzero”, una cocina rodante que promueve la alimentación consciente y saludable. Uno de los platos estrella fueron las hamburguesas de garbanzos germinadas (Ceci). Allí las combinábamos con patatas asadas con romero y una salsa vegana hecha con yogur de soja, aceite y cebollino… INCREÍBLE…
Hoy varios meses después, he intentado recrear una comida a lo Grammatica. Tenía unos garbanzos germinados en su punto. Subí a ver nuestro mini huerto y para mi sorpresa, habían unos puerros, perejil fresco y unas hermosas hojas de col Kale, llenas de clorofila y en su punto, listas para nutrir nuestras células.
¿Y por qué con garbanzos germinados?
Podemos decir que la germinación es el proceso por el cual una semilla se transforma en planta. Todas las plantas pasan por un periodo de germinación, es decir, la semilla en contacto con el agua, la luz y el oxígeno activan diferentes reacciones que incitan el crecimiento de una nueva planta. Al absorber el agua, la semilla duplica su volumen rompiendo la cáscara protectora y activando las enzimas que a su vez provocaran una serie de transformaciones, permitiendo el crecimiento de una nueva vida. Por eso, se dice que cuando comemos germinados estamos comiendo un alimento en estado vivo. Al germinar las semillas estamos transformando la semilla en un alimento de fácil digestión, con aminoácidos esenciales, clorofila, vitaminas, oligoelementos, convirtiéndolo en un alimento muy completo que puede ayudar (consumido correctamente) a corregir las carencias nutricionales de la alimentación de hoy en día.
Entre otras propiedades destacan:
Son muy fáciles de hacer en casa, para germinar estos garbanzos usé:
Colocamos dentro del frasco una taza de garbanzos y la tapamos con la gasa. Las dejamos a remojo toda la noche. Por la mañana, escurrimos los garbanzos e inclinamos el frasco unos 45º para que siga perdiendo el agua. Repetimos este proceso de enjuagar y limpiar los garbanzos con agua limpia unas dos o tres veces a lo largo del día, dejando el frasco inclinado para que pierda el exceso de agua. Para esta receta se pueden utilizar los garbanzos a los 2-3 días. Si los quisierais consumir crudos, es mejor esperar entre 4-6 días, que ya estarán más tiernos.
Cada semilla tiene un periodo de germinación pero aproximadamente casi todas están lista entre los 4-6 días. Tienen que estar libres de moho, con aspecto fresco y crujiente. Os animo si no lo hacéis ya, a que los probéis a incorporar en vuestro día a día!!
Hamburguesas de garbanzo germinadas con ensalada de remolacha y verduras del huerto salteadas
Para las hamburguesas (8 raciones aprox)
Para germinar los garbanzos, simplemente ponemos a remojo la noche anterior los garbanzos con agua. Al día siguiente, escurrimos el agua y dejamos que le dé la luz y comience su proceso para convertirse en planta. Al día siguiente, lo volvemos a limpiar con agua y escurrir bien. Pasados 2 días, ya estará listo para usar en esta receta, incluso con un día de remojo ya bastaría pero a mí me gusta esperar a que germine un poco más para que tenga más actividad enzimática y podamos aprovechar mejor sus propiedades.
Para las hamburguesas, lo ideal es usar una procesadora, sino, una batidora de mano o de vaso también vale. Lo mejor es que no se triture demasiado, así tanto con la procesadora como con la batidora intentamos evitar que quede como un puré, nos gusta que quede con más grumos, pero todo bien mezclado.
Entonces, procesamos todos los ingredientes para la hamburguesa. Añadimos aceite, sal y especias al gusto.
Para montar las hamburguesas, se hace más fácile si ha reposado en la nevera (1 hora aprox).
Estas hamburguesas a diferencia de las otras, aparte de ser 100% vegetales, la forma se le va dando en la sartén ya que la masa tiene bastante agua y no se queda la forma, por eso es muy importante usar una sartén antiadherente, porque si no, creedme, cuando os digo que puede ser un desastre…
Ponemos un chorrito de aceite en la sartén y añadimos dos o tres cucharadas grandes de masa con una espátula de madera. Le damos la forma de hamburguesa. Ha de quedar con un cm de grosor aproximadamente y de diámetro como la palma de nuestra mano. Cuando está hecho de un lado, le damos la vuelta y cocinamos por el otro hasta que quede tostadito por los dos lados. Puedes hacer toda la masa y guardarlas en el congelador, vuelven a la vida en cuanto se pasan por la sartén de nuevo…. Os recomiendo que las hagáis todas y una vez enfriadas, las envolváis en papel vegetal o film transparente y las congeléis, de esta manera, el día que no tengáis tiempo sólo tenéis que sacarlas del congelador y darles un toque de calor.
Esta vez acompañamos las hamburguesas con un salteado de puerro y col “kale” y una ensalada de remolacha, aguacate y granada.
Ensalada de remolacha, aguacate y granada
Elaboración: cortamos en taquitos la remolacha y el aguacate y lo metemos en un bol. Le añadimos las pepitas de granada, el chorrito de limón, el cilantro picado y añadimos aceite de oliva, pimienta y sal al gusto de cada uno.
¡Pues hasta aquí! nuestra versión de hamburguesas de garbanzo germinadas. Como siempre, os animo a que lo transforméis y adaptéis a vuestros gustos y preferencias, quizás añadir un poquito de picante, hierbas frescas… Espero las probéis y disfrutéis!!
¡Ahh Ahh… la salsita blanca es nuestra famosa almendresa que pega con todo! Podéis encontrar la receta aquí.
Aprovechamos para contaros nuestras próximas actividades de Alimentación Consciente y Cocina Creativa.
¡¡Ven a nutrirte con nosotras!!
MARZO
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