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La Felicidad de unas Sábanas Frescas

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Geoffrey Molloy

Para experimentar felicidad, asombro y conectar con lo que hay a nuestro alrededor, sólo tenemos que quitarnos a nosotros del medio.

marzo 22, 2022

BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá

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Nuestros días están llenos de momentos especiales que naturalmente nos llenan de agradecimiento, asombro y felicidad. Si no estamos presentes en nuestras vidas, no estaremos ahí para fijarnos y apreciarlo.

Quiero compartir contigo uno de estos momentos llamado “sábanas frescas”. 

En nuestra finca en Cantabria las primeras señales de primavera son visibles. No puede uno estar fuera sin sentir como todo se aviva – una aceleración de vida y energía. Mis ojos están atraídos a los cientos de dientes de león, los cuales como magia, de repente saltan a la existencia. Sus caras amarillas luminosas llaman a los insectos: “venid, aquí tenéis comida; venid a polinizarme!” Así de sencillo, cuánto más observas, tanto más ves. Simplemente estando sentado y mirando, empieza uno a fijarse en florecitas pequeñisimas, puntitos de color contra un fondo verde. Capullos apretados pero listos para explotar en color en cualquier momentos. Los capullos apretados verdes de los árboles tiñen sus ramas ligeramente de verde. Además, la cacofonía deliciosa del cantar de los pájaros; los machos cantan a cualquier hembra dispuesta a escucharle: “¡Mírame a mí! ¡Mírame a mí! Tan fuerte y guapo; ¡elígeme a mí!”

Ayer tuvimos el regalo y felicidad de una temperatura dulce, un cielo de azul infinito, nubes esponjosas, sol vivificante y una suave brisa con ráfagas refrescantes muy agradables. Nos volvimos conscientes de estas ráfagas primero por un rugido suave, casi un ronroneo a medida que pasaban por los árboles en la cima de la finca. Luego un minuto después, la ráfaga llega y sentimos como acaricia cariñosamente nuestras caras.

Todo es un zumbido: los lagartos, los insectos, mamíferos diminutos que comparten nuestra finca saben que no tienen ni un momento que perder: cazando, dando de comer, construyendo la casa siguiendo felizmente su canción biológica, sus demandas evolucionarias.

Hemos lavado las sábanas y fundas de nuestra cama que están tendidas fuera, ondulándose a medida que se secan en el sol y con la brisa.

El día termina y ha llegado el momento de descansar.

Ese maravilloso momento ha llegado. ¡El momento para acostarnos! Rhea y yo nos deslizamos en la cama, agradecidos, agradablemente relajados y listos para dormir. Las sábanas son divinas con esa frescura del campo y ese olor que contiene todo – el sol suave, la brisa, el prado, el zumbido de los insectos; las nubes esponjosas. Todos me acompañan aquí y ahora en mis sábanas y almohadas. Este es un momento de “bondad natural”, en que, sin ningún esfuerzo, uno se siente bañado de un sentido de asombro, agradecimiento y un sentido profunda de felicidad.

Momentos de “bondad natural” se encuentran a nuestro alrededor, estemos donde estemos: momentos en que nos conectamos con y apreciamos la inmensa buena fortuna de simplemente estar vivos y tener el regalo de nuestros sentidos; momentos en los que el ego desaparece y simplemente “estamos”. Sólo tenemos que quitarnos a nosotros mismos del medio para experimentar lo que hay en vez de lo que está pasando por nuestras mentes.

Sé consciente de estos momentos; alimentan tu espíritu.

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