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marzo 19, 2019
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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Bueno… quiero más. Malo… ¡sácame de aquí! Esta dicotomía es la raíz de la mayor parte del sufrimiento humano.
Tus genes quieren que sobrevivas y crees más copias. Todo lo que somos en este mundo físico surge de esto. Lo puedes ver reflejado en el mundo del cine donde la violencia y el sexo (sobrevivencia y procreación) están presentes hasta cierto punto en la mayoría de las películas. Son estos temas que más captan nuestra atención, despiertan el interés y nos emocionan.
Nuestros genes, como resultado de la evolución, nos han proporcionado las herramientas para cumplir nuestra misión: un sistema efectivo de supervivencia (que incluye el ego) y un deseo sexual potente. Todo está orientado hacia estos objetivos. Tus genes no dan gran prioridad a que veas las cosas tal como son, a que tengas felicidad o paz en tu corazón. No les importa un comino que encuentres sentido en tu vida; simplemente lo que les interesa es que sobrevivas el suficiente tiempo como para producir copias viables. No se requiere mucha imaginación para ver cómo esta dicotomía de supervivencia, “bueno… quiero más – malo… ¡sácame de aquí” podría ser asombrosamente útil para un cazador en un lugar como la sabana africana.
Sin embargo, no somos cazadores. La mayoría de nosotros vivimos en ciudades; vivimos en una sociedad acelerada, fragmentada y distraída (muy alejados de la sabana africana) en la que los problemas principales son cómo evitar excesos, encontrar sentido en la vida y felicidad. Por tanto, siempre percibir y reaccionar al mundo a través del prisma de la supervivencia y la procreación es a la vez inapropiado y problemático.
Así, que… ¿Qué podemos hacer?
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