alert title

alert text

El gran misterio

Foto destacada de la publicación

Geoffrey Molloy

La siguiente exposición de hechos es la verdad: cuando interactuamos con materia a la escala más pequeña, el observador no se puede separar del evento observado; el hecho de que haya un observador consciente observando cambia el resultado del evento inevitablemente. (Esto se ve muy claramente con el experimento de doble rendija.) No hay duda […]

octubre 28, 2019

BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá

no comments

La siguiente exposición de hechos es la verdad: cuando interactuamos con materia a la escala más pequeña, el observador no se puede separar del evento observado; el hecho de que haya un observador consciente observando cambia el resultado del evento inevitablemente. (Esto se ve muy claramente con el experimento de doble rendija.) No hay duda de que la consciencia afecte eventos en el mundo físico. Sin embargo, la idea de que eventos en el mundo físico pueden ser cambiados, simplemente por añadir un observador consciente, crea una especie de disonancia mental. Esto es porque intuitivamente sentimos que haya un objetivo “ahí fuera” ahí fuera. Sentimos que las cosas/la materia existen; es decir que la realidad es la misma con o sin un observador consciente. Esta relación entre el observador y lo observado socava la suposición fundamental de que haya una realidad que existe de manera independiente.

Creo que este hecho sea una verdadera pista en cuanto a que la mayoría de nuestras suposiciones sobre la realidad son igualmente limitadas y profundamente defectuosas. Puede parecer confuso y contrario a la lógica pensar que no exista una realidad objetivamente independiente – “ahí fuera”, que existe ahí fuera, muy probablemente porque nuestros cerebros y por tanto nuestras mentes hayan evolucionado para percibir las cosas de una manera para optimizar la supervivencia y no ver las cosas tales como son. Es bastante probable que la mismísima idea del tiempo sea una ilusión, otro resultado de cómo nuestros cerebros han evolucionado.

El psicólogo cognitivo Donald Hoffman intenta explicar lo que esto significa, empleando la analogía de la interfaz de la pantalla de nuestro ordenador. Por ejemplo, cuando llevamos a cabo una operación en el sistema operativo de Windows,  pinchamos sobre un icono que nos permite mover, por ejemplo, archivos de un sitio a otro. Sin embargo, sabemos que los archivos no están verdaderamente, físicamente en la carpeta beige que movemos en la pantalla con nuestro ratón. Entendemos que cuando deslizamos el ratón y pinchamos, estamos gestionando no la realidad visual que vemos en la pantalla, sino la representación simplificada de otra realidad: electrones moviéndose de un lado a otro, de todo tipo de maneras diferentes, cables, memorias, chips, discos etc. Pero si tuviéramos que pensar sobre todo esto cada vez que queremos mover un archivo, no conseguiríamos hacer nada nunca. Así que, en vez de esto, tenemos iconos bidimensionales (un “hack” (atajo) que representan un modelo que podemos entender rápidamente y como consecuencia, manipular. La evolución ha hecho lo mismo para nosotros. No necesitamos percibir la realidad subyacente de manera precisa para sobrevivir y reproducirnos. En vez de esto (igual que el usuario del ordenador) percibimos iconos 3D (un “hack”) que nos permiten manipular la realidad sin la distracción de un entendimiento detallado. En nuestro día a día, este hecho tiene poco impacto; simplemente creemos que lo que vemos es la realidad, el universo tal como es. Sin embargo, nos conviene recordar que todo no es tal como parece y que por muy listos que nosotros, Homo sapiens, creemos que seamos, nuestras percepciones, nuestra capacidad de descifrar la naturaleza están muy limitadas y que muchas de las teorías y leyes de la naturaleza que actualmente consideramos como las verdaderas se descubrirá que sean fundamentalmente defectuosas.

Una cosa que sí, sé es que somos conscientes y que nuestra consciencia está siempre conectada, siempre observando. La meditación es la mejor técnica que conozco para eliminar distracciones  y mejorar la percepción.

Lo más importante es observar con curiosidad abierta, humildad y un sentido de humor, siempre con una actitud de cariño hacia nosotros mismos. Lo que parece lo más probable es que encontremos difícil, incluso imposible liberarnos de esta interfaz (suponiendo que podamos y que entenderíamos lo que vemos sin ella). El sitio/momento que me siento más consciente/en el presente y por tanto más libre de mis percepciones/modelos mentales arraigados  es durante la meditación – aquellos momentos valiosos cuando siento que empiezo a vislumbrar la realidad muy fugazmente.

 

Comentarios de la comunidad

No comments found.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Enviar

</> with <3 by Latte