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marzo 7, 2023
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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El contexto es vital, pero es algo que damos por sentado.
Cuando hablamos de una buena taza de té, a menudo hablamos de qué tipo de té es el mejor, de nuestros gustos, de nuestras preferencias. Normalmente, nos olvidamos del agua. La calidad y el sabor del agua también son muy importantes, pero normalmente se ignoran u olvidan.
Es una buena analogía para la forma en que vivimos nuestras vidas. Estamos tan centrados en los acontecimientos en primer plano (el té) que nos olvidamos del contexto (el agua). Impulsados por las exigencias compulsivas de nuestra mente racional, nos centramos en el primer plano: haciendo, planificando, presionando, criticando, analizando, adquiriendo cosas, siendo consumidores sin sentido, etc. Rara vez, nos detenemos a reflexionar sobre el contexto en el que vivimos nuestras vidas.
Entonces, ¿por qué es importante el contexto? Sin contexto no somos más que máquinas de emociones: dormimos, comemos, follamos, trabajamos, consumimos sin cesar tratando de satisfacer nuestros apetitos. Estos apetitos nos han sido inculcados, en gran medida, por quienes desean beneficiarse de nuestra adicción a la adquisición y posesión de cosas. A menudo, les impulsa una codicia adictiva, ciega y sin sentido, de poder y dinero. Nuestras vidas se sienten muy ocupadas y vacías al mismo tiempo. La forma habitual de encontrar alivio a este tedio frenético es en las drogas adictivas que alteran la mente, como el alcohol, que actúan como un anestésico para ayudarnos a escapar brevemente del sufrimiento de una existencia consumista vacía. De aquí, este bonito dicho:
Desarrolla tu relación con el gran misterio de las cosas. A lo largo del día, date cuenta de que todos estamos profundamente conectados entre nosotros y con todo lo demás, algo que olvidamos cuando nos apresuramos de un lugar a otro con una auto-importancia sin sentido. Un trozo de papel no puede existir sin el sol y las nubes. El bosque es en realidad la hermosa y verde parte externa de mis pulmones. Tú, que estás leyendo esto, eres mi hermano o hermana, simplemente de otra madre. Soy literalmente una parte de las estrellas; soy parte de ellas y ellas son parte de mí. Soy una manifestación efímera del universo con la característica de la conciencia, la capacidad de apreciar. ¡Qué regalo tan alucinante, qué privilegio, estar vivo, estar aquí y ahora experimentando con asombro, admiración y agradecimiento!
Vivir en este contexto nos atrae de forma natural a un estado de conciencia consciente imbuido de agradecimiento. Empezamos a darnos cuenta de la belleza que tenemos delante de nuestras narices, oculta a plena vista: los patrones únicos pero sorprendentemente similares de las ramas de los árboles; el temblor de una hoja esmeralda contra el infinito cielo azul; la belleza improbable de un abejorro; el placer de respirar. Redescubrimos que el amor es nuestro estado natural.
Contempla el contexto, ya sea a través del prisma de tus creencias religiosas actuales o de las enseñanzas de otros. Hagas lo que hagas, sigue tu propia experiencia; haz que sea personal, no tribal.
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Comentarios de la comunidad
Toni
Reflexiones que nos ayudan a poner los pies en el suelo. Una vez más, muchas gracias Geoffrey.
Vanesa
De nuevo Geoffrey nos/me devuelves, a través de tus sabias palabras, al verdadero valor y alegría de vivir por el simple hecho de existir que ya es un milagro, gracias, gracias, gracias. Un fuerte abrazo.