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agosto 23, 2022
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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Hay mucha confusión sobre la felicidad: qué significa, cómo conseguirla, qué importancia tiene, qué aspecto tiene, cuáles son las causas de la infelicidad,…
Ya he escrito sobre esto antes, pero siempre es bueno recordarlo. A medida que pasa el tiempo y mis puntos de vista se desarrollan con la contemplación repetida, muchas cosas se aclaran y espero que aumente la sabiduría.
La felicidad es un estado de satisfacción al saber que estás en un camino de crecimiento y desarrollo. No se trata de tener razón. Tener razón consiste en inflar el ego. La verdad es que cuanto más pequeño sea tu ego, más feliz serás.
Hay altibajos en este camino: euforia, tristeza, dolor, pero eres resiliente porque tienes la confianza intuitiva de que tu rumbo es el correcto, de que todos y cada uno de los acontecimientos, todas las relaciones llevan alguna joya de aprendizaje.
1. ¿Por qué hay tanta gente infeliz?.
Porque creen que deberían ser felices. La buscan, tratando la felicidad como un problema que hay que resolver.
La felicidad no es un problema que haya que resolver; es un estado que hay que experimentar. Es como las mariposas o las libélulas, tan difíciles de capturar, pero si te quedas quieto, experimentarás ese momento de magia cuando vienen y se posan sobre ti.
2. «Pasarlo bien» no es lo mismo que ser feliz.
Para «pasarlo bien» se suele tomar algún tipo de sustancia psicoactiva (normalmente adictiva), siendo la más común el alcohol. La esencia de «pasarlo bien» es la evasión; escaparnos de los sentimientos difíciles, escaparnos de los pensamientos difíciles, escaparnos de nuestras vidas.
Ser feliz es muy diferente a pasarlo bien. Ser feliz tiene que ver todo con estar plenamente presente en tu vida y conectar con ella.
El problema que tenemos en nuestra sociedad es que la mayoría de nosotros aprendemos a beber o consumir drogas durante la adolescencia. La consecuencia de esto es que la mayoría de los adultos no saben lo que se siente al vivir sin alcohol en sus cuerpos.
Muchas, si no todas las situaciones potencialmente «felices» (así como la mayoría de las demás) han sido distorsionadas por el alcohol o alguna otra droga.
Mucha gente no entiende esto, especialmente en nuestra sociedad consumista, en la que la actitud hacia las emociones difíciles podría describirse con exactitud como «tómate algo» o «cómprate algo».
3. La felicidad no es la euforia o el éxtasis.
El éxtasis y la euforia son experiencias máximas que van y vienen. Debemos disfrutar de esos momentos, pero comprenderlos y aceptarlos como algo fugaz e impermanente. No debemos aferrarnos con ansia a estas experiencias.
Por el contrario, debemos sostenerlas con suavidad, con curiosidad abierta, para experimentar plenamente su llegada y su retirada.
Los buscadores espirituales a menudo confunden la experiencia del éxtasis o la euforia con la felicidad y caen en la “trampa éxtasis-euforia”: ”buscar constantemente, aferrarse al éxtasis y a la euforia.
Esta actitud convierte estas experiencias en una droga más. Algunos «gurús» y predicadores «evangélicos» se aprovechan de esto.
4. No puedes crear la felicidad, sino sólo crear las condiciones que favorecen a que surja la felicidad en tu vida.
Del mismo modo que el hortelano no tiene ningún poder sobre sus tomates, es decir, es la semilla del tomate la que tiene su propio programa, su propio deseo; el hortelano simplemente proporciona las condiciones para que la semilla del tomate pueda realizar su deseo de convertirse en la mejor planta de tomate posible.
Lo mismo ocurre con la felicidad, simplemente podemos crear las condiciones para experimentarla con nuestras actitudes.
5. La felicidad está de hecho contigo todo el tiempo; no viene ni puede venir de fuera.
Normalmente, estamos tan distraídos con nuestro parloteo mental incesante, arrastrados de un momento a otro por nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestras reacciones inconscientes, que nos olvidamos de quiénes somos.
Creemos que estamos separados, que somos nuestros pensamientos, nuestros sentimientos.
6. ¿Qué es la felicidad?
Como hemos dicho al principio, la felicidad es un estado de satisfacción al saber que estás en un camino de crecimiento y desarrollo. No se trata de tener razón. Tener razón consiste en inflar el ego. La verdad es que cuanto más pequeño sea tu ego, más feliz serás.
Hay altibajos en este camino: euforia, tristeza, dolor, pero eres resiliente porque tienes la confianza intuitiva de que tu rumbo es el correcto, de que todos y cada uno de los acontecimientos, todas las relaciones llevan alguna joya de aprendizaje.
Se encarna en la actitud «Que todo sea mi maestro». Es una actitud de curiosidad abierta, de amabilidad hacia ti mismo y de capacidad para poder reírte de ti mismo.
Cuando adoptas esta actitud y la practicas a diario, es imposible no sentir agradecimiento, asombro, una sensación de unidad y conexión profunda.
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