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marzo 26, 2024
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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Los sentimientos no son problemas que se tienen que resolver. Se trata de estar presente para experimentar y comprender plenamente lo que realmente sientes.
«Debería sentirme diferente a cómo me siento». Esa creencia es la raíz de tanta infelicidad.
Esa percepción profundamente distorsionada sobre lo que significan los sentimientos es la causa de tanta infelicidad. La creencia a la que me refiero es que si no me siento como creo o espero sentirme, eso es un problema. De ahí surge la creencia de que los sentimientos son problemas que se tienen que resolver, especialmente los «malos sentimientos». No lo son.
Utilizar nuestra mente racional (nuestro solucionador de problemas… para los problemas del mundo físico) es tan útil como una tetera de chocolate; simplemente empeoramos las cosas.
Por ejemplo, ¿alguna vez has decidido que debías controlar mejor tu ira para no enfadarte tanto, y luego inevitablemente, cuando te enfadaste (como todos los humanos), te enfadaste contigo mismo por enfadarte? Creas aún más ira, aunque tu intención era enfadarte menos.
O quizás te diste cuenta de que te estabas machacando demasiado, así que tomaste la decisión de dejar de machacarte. Cuando, inevitablemente, te sorprendes a ti mismo machacándote de nuevo, ¡empiezas a machacarte por machacarte! Creas aún más machaqueo a pesar de que tu intención era dejar de hacerlo.
Esto sólo ocurre cuando intentamos «resolver el problema» de nuestros sentimientos. Sería cómico si no fuese tan trágico.
Los sentimientos que tienes en cada momento son el resultado de la suma de tu educación, traumas, acontecimientos, creencias y circunstancias. Así pues, ¿cómo podrías sentirte de otra manera en ese momento?
Tu trabajo no consiste en resolver el problema de cómo te sientes o deberías sentirte, sino en estar presente para experimentar y comprender plenamente lo que realmente sientes, idealmente antes de reaccionar.
Como dijo el Oráculo a Neo en «Matrix:
«No estás aquí para elegir; ya has elegido. Estás aquí para comprender por qué lo elegiste«.
Trasladando esto a la acción, ¿qué debemos hacer? En primer lugar, comprender que los sentimientos no son problemas que haya que resolver, sino que son sensaciones corporales que experimentamos. Asumimos toda la responsabilidad de cómo nos sentimos (en lugar de culpar a otro) y simplemente nos permitimos estar con ellos.
Exploramos y observamos con curiosidad abierta, con cariño hacia nosotros mismos y con un leve toque de humor.
Cuando conectamos con los sentimientos ocultos que impulsan nuestras percepciones y comportamientos, los hacemos visibles y disminuimos su poder sobre nuestras vidas.
Paz, Salud y Felicidad desde Cóo, Cantabria.
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