Curiosidad abierta, cariño hacia ti mismo y sentido del humor

Este mes de Enero profundizaremos en la curiosidad abierta, cariño hacia ti mismo y sentido del humor.

Voy a empezar con una anécdota budista:

Había una vez dos monjes sentados al lado de una carretera cuando de repente pasó otro monje galopando a caballo: “¿A dónde vas?” gritaron los monjes al jinete.
“Pregúntaselo al caballo,” fue la respuesta.

¿Alguna vez te has sentido como ese jinete?

Eres consciente de que te preocupas demasiado, pero por mucho que lo intentas, no puedes dejar de pensar. Quizás no puedas dejar de sentirte enfadado; no puedas decir “no”; o no puedas dejar de sentirte irritado/a o triste. Puede que sea un comportamiento que sabes que te hace daño a ti mismo y también causa sufrimiento a otras personas.

Nuestras vidas pueden ser así; como jinetes sabemos a dónde queremos ir pero misteriosamente (o quizás no tan misteriosamente), terminamos donde el caballo nos lleva.

Tanto sufrimiento está causado por dos cosas muy simples: pensar demasiado e intentar evitar sentimientos incómodos. Hacemos esto en “modo piloto automático” sin darnos cuenta, ya que estamos perdidos en nuestros pensamientos sobre nuestros pensamientos y nuestra reacción emocional a nuestros sentimientos. Todo esto ¡Es agotador!

¿Cómo podemos romper este bucle?
Prestando atención conscientemente: llevando tu atención intencionada y plenamente al momento presente (ya que es el único momento que tienes al fin y al cabo).

Un elemento clave es tener una actitud de curiosidad abierta, es decir, sin juzgar; e incluso si observas que te apresuras a juzgarte, simplemente observa esta tendencia también. Puedes estar con tus pensamientos y sentimientos sin creer que deberías de estar sintiéndote o pensando de manera diferente.

Cuando haces esto, suceden dos cosas: abres la puerta para ver con mayor claridad y también aprendes la lección que está justo delante de ti. Cuando observamos con curiosidad abierta, nos ayuda a salir del piloto automático que nos lleva a la ansiedad, el miedo y la ira. También nos ayuda a sentirnos cómodos con sentimientos incómodos, algo vital para el crecimiento emocional.

El siguiente elemento es hacerlo con una actitud de cariño hacia ti mismo/a. Probablemente ya te hayas encontrado machacándote inútilmente por cosas que has hecho o no has hecho en el pasado; o por no hacer lo que crees que deberías haber hecho; por no ser “perfecto”. ¿Cómo te fue hacer eso? ¿Funciona o sigues luchando contra los mismos problemas? Existen fuentes de motivación mucho más efectivas. Cariño hacia ti mismo/a es vital para la auto-realización. Una pregunta que puedes hacerte es: ¿Qué dirías y qué actitud adoptarías hacia un buen amigo en la misma situación? Entonces, adopta esta misma actitud hacia ti mismo/a.

El tercer elemento es un sentido del humor. Nos tomamos a nosotros mismos demasiado en serio. Nuestros egos se lastiman con demasiada facilidad y lo gracioso es que todo esto es producto de nuestra fantasía. Ten sentido de humor cariñoso hacia ti mismo/a y hacia la vida en general. Mira la vida como una comedia, algo como la “Comedia divina” de Dante. No te tomes las cosas tan en serio. Tu sufrimiento también es el camino para despertarte. Sujeta las cosas con delicadeza sin agarrarte a ellas. Nada es permanente de todas formas.

Te deseo paz, salud y felicidad.

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