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CUENTOS QUE TE HARÁN PENSAR

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Geoffrey Molloy

He pensado citar algún escritor e incluir algunos cuentos que me han inspirado o que me han incitado a explorar lo que pensaba saber pero no sabía.  Léelos.  Pondéralos y vuelve a ponderarlos. Contienen percepciones profundas. “Toda idea que tienes sobre ti mismo es prestada – prestada por personas que no tienen ni idea de […]

mayo 7, 2009

BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá

3 comments

He pensado citar algún escritor e incluir algunos cuentos que me han inspirado o que me han incitado a explorar lo que pensaba saber pero no sabía.  Léelos.  Pondéralos y vuelve a ponderarlos. Contienen percepciones profundas.

“Toda idea que tienes sobre ti mismo es prestada – prestada por personas que no tienen ni idea de quienes son ellos mismos.”

Osho


Sobre las percepciones y modelos mentales

chickenschicks-1424947585443Un hombre encontró un huevo de un águila y lo metió en el nido de una gallina en su corral. El aguilucho salió del huevo con la camada de pollitos y se crió con ellos.

Toda su vida el águila hacía lo que hacían los pollitos del corral, pensando que era uno de ellos. Rascaba en la tierra buscando gusanos e insectos. Cloqueaba, cacareaba, agitaba sus alas y volaba un par de metros en el aire.

Pasaban los años y el águila se hizo muy viejo. Un día vio arriba en el cielo despejado un magnífico pájaro.  Planeaba majestuoso con elegancia entre las corrientes de viento fuertes sin batir sus poderosas alas doradas.

El viejo águila miró hacia arriba impresionado. “¿Quién es?”, preguntó.

eagle-1424947585443”Este es el águila, el rey de los pájaros,” dijo su vecino. “Pertenece al cielo. Nosotros pertenecemos a la tierra – somos gallinas.” De manera que el águila vivió y murió como gallina, ya que así es cómo se consideraba.

De “Awareness:  The Perils and Opportunities of Reality” de Anthony de Mello


Para encontrar gran felicidad y bienestar hay que buscar en el sitio correcto

Un vagabundo llevaba treinta años sentado al lado de un camino. Un día pasó un forastero.

– Me puedes dar unas monedas, balbuceó el vagabundo.

– No tengo nada para darte, dijo el forastero. Luego preguntó: “¿En qué estás sentado?

– En nada, dijo el vagabundo. No es más que un viejo baúl. Llevo sentado encima de él desde siempre.

– ¿Has mirado dentro alguna vez?, preguntó el forastero.

– No, dijo el vagabundo. “¿Para qué? No hay nada dentro.”

– Mira dentro, insistió el forastero. El vagabundo, a regañadientes logró levantar la tapa. Asombrado, incrédulo y con gran emoción, vio que el baúl estaba lleno de oro.

Soy aquel forastero que no tiene nada que darte y que te está diciendo que mires dentro.  No dentro de cualquier baúl, como en el cuento, sino aún más cerca, dentro de ti mismo.

Un antiguo cuento budista


El enfoque

Un viejo indio cherokee está describiendo a su nieta una pelea que tenía dentro de sí mismo. Dijo que era entre dos lobos. Uno era la maldad: ira, envidia, pena, pesar, glotonería, arrogancia, lástima de sí mismo, culpabilidad, resentimiento, sentido de inferioridad, mentiras, orgullo falso, sentido de superioridad y ego.  El otro lobo era el bien: alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe.  La nieta lo pensó durante un minuto y luego preguntó a su abuelo: “¿Cuál de los lobos gana?

El viejo cherokee contestó simplemente: “Ganará al que yo alimente.”

Antiguo cuento cherokee (anónimo)


El dolor

“Recuerda.  Este dolor no está diseñado para ponerte triste.  Este es el punto que sigue perdiendo la gente… El dolor está ahí para que seas más espabilado porque las personas se vuelven más atentas sólo cuando la flecha entra profundamente en su corazón y les hace daño.  De lo contrario, no se despierta la mente.  Cuando la vida es fácil, cómoda, y te va bien ¿A quién le importa?  ¿Quién se preocupa por espabilarse?  Cuando muere un amigo, es posible.  Cuando tu mujer te deja solo – en estas noches oscuras, te sientes solo.  Has querido tanto a esta mujer, apostaste todo y de repente, un día, se ha ido.  Llorando en soledad, aquellas son las ocasiones cuando si las empleas, puedes volverte consciente.  La flecha te hace daño; la puedes emplear.  El dolor no está diseñado para abatirte, sino ¡para que seas más consciente! Y cuando te vuelves más consciente, la pena desaparece.”

Osho


La obsesión: cruzando el río

Dos monjes llegaron a un río donde conocieron a una joven mujer. Con miedo a la corriente, ella les preguntó si la podrían llevar a hombros.  Uno de los monjes dudó, pero el otro rápidamente la subió en sus hombros, cruzó el río y la dejó en la otra orilla.  Le dio las gracias y se fue. A medida que seguían su camino, uno no paraba de darle vueltas y preocuparse.  Incapaz de mantener el silencio, dijo:

“Hermano, nuestra formación espiritual nos enseña que tenemos que evitar cualquier contacto con las mujeres, pero tú la pusiste en los hombros y le llevaste”.

“Hermano,” respondió el segundo monje: “Yo la dejé en la orilla, mientras que tú sigues llevándola a cuestas.”

Antiguo cuento zen


Incluyo el siguiente cuento taoista, uno de mis favoritos por la perspectiva que proporciona.

 El ataúd de madera

Un agricultor se volvió tan viejo que ya no podía trabajar en el campo.  Pasaba todo el día simplemente sentado en el porche de su casa. Su hijo que seguía trabajando la tierra, levantaba la cabeza de vez en cuando y veía a su padre sentado.  “Ya no sirve para nada,” pensó a sí mismo.  “¡No hace nada!”  Un día el hijo se frustró tanto que fabricó un ataúd de madera, lo llevó al porche y le dijo a su padre que se metiera dentro.  Sin decir nada, el padre se metió en el ataúd.

Después de cerrar la tapa, el hijo arrastró el ataúd a un acantilado alto.  Al acercarse al canto, escuchó unos ligeros golpes en la tapa del ataúd. Lo abrió. Tumbado, con aire de paz, el padre miró a su hijo.  “Sé que me vas a tirar por el acantilado, pero antes de hacerlo, ¿puedo sugerirte algo?  El hijo contestó: “¿Qué?”.  “Tírame por el acantilado, si quieres,” dijo el padre, “pero guarda este buen ataúd de madera.  Puede que lo necesiten tus hijos.”

Comentarios de la comunidad

GEMA

IMPRESIONANTES. COMO TODO LO QUE PUBLICÁIS.

es fácil...¡si sabes cómo!

Hola Daisy, agradecemos mucho tus comentarios.

Daisy Valdés León

Que buenos cuentos que nos ayudan a ser mejores y más positivos ante las adversidades que la vida nos planteándose día.

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