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febrero 14, 2019
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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Nada y ni nadie tiene la obligación de conformarse con tus expectativas.
Una buena forma de sentirte mal siempre es fijarte y quejarte cuando la vida no es conforme con tus expectativas incluso cuando ni siquiera está en tu poder cambiarlo. Por ejemplo: “Hace demasiado frio”, “hace demasiado calor”, “que ignorante, debería haberme dicho gracias!”, “la vida es dura”. Hay muchas situaciones en nuestras vidas imposibles de cambiar; pongo como ejemplos; el tiempo, las demás personas. Es cierto que el Quejarse da cierta satisfacción de ”tener razón” pero te hace sentir infeliz, estresado, irritado. Suelta la indignación de que el mundo no es como te gustaría que fuera y disfruta de lo que hay, ver el regalo, la joya de información, la oportunidad de practicar. Por ejemplo, si se ha retrasado tu vuelo es una oportunidad para practicar paciencia. Una situación difícil es una oportunidad de practicar ecuanimidad.
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