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enero 18, 2022
Boletines, Resiliencia - Mindfulness y más allá,
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Mucho sufrimiento está causado por el apego o el rechazo. Surge de nuestra reacción instintiva de agarrarnos a lo que percibimos como experiencias felices o agradables, mientras que evitamos y rechazamos experiencias incómodas o desagradables. Cuando las cosas van bien, queremos que no cambien; nos agarramos a ellas con la esperanza de que van a seguir igual. Por lo contrario, cuando algo nos hace sentir incómodos/as o algo es desagradable queremos que pare o que se vaya lo antes posible.
Evolucionamos así como parte de nuestro sistema de supervivencia. Funciona magníficamente en el contexto de la supervivencia, del cazador y recolector en el cual evolucionamos. Sin embargo, ya no luchamos para sobrevivir y dudo mucho que alguien que esté leyendo esto, necesite sobrevivir como cazador-recolector.
Si añadimos a esto las falsas ilusiones (quiero decir, percepciones incorrectas y distorsionadas), el resultado es el sufrimiento. Las falsas ilusiones a las que me refiero incluyen la confusión sobre quiénes verdaderamente somos como seres humanos (es decir, seres conscientes y espirituales en un cuerpo físico); demasiada identificación con nuestro ego en vez de conectar con nuestro sí más verdadero y profundo; experimentarnos a nosotros mismos como seres separados los unos de los otros en vez de la realidad – que estamos profundamente conectados con todas las cosas, con la vida. Tomar las cosas personalmente, echar la culpa a otras personas por cómo nos sentimos son ejemplos comunes de falsas ilusiones.
Estas falsas ilusiones pueden resultar en emociones y percepciones negativas y destructivas como la ira, el egoismo, el nerviosismo, agitación, rigidez a la hora de pensar, ansiedad, odio, avaricia, por mencionar algunas. Nos encontramos dando vueltas y vueltas en una rueda de sufrimiento.
Existe una solución para esta ansiedad, preocupación, ira y frustración permanentes.
El primer paso para liberarnos de esta rueda de sufrimiento es conseguir una visión más clara de lo que está ocurriendo. Para aflojar las demandas compulsivas de nuestro piloto automático, lo hacemos a través de la meditación mindful (sati) − formal e informal; la práctica de la compasión (karuna) hacia otras personas y hacia nosotros mismos; cariño bondadoso (metta) y el perdón. (El perdón es principalmente para nuestro propio beneficio, para nuestra propia salud mental. Es una manera de soltar el dolor que llevamos a cuestas.) Además, el agradecimiento y su prima la generosidad.
Leyendo esta lista de prácticas puede hacer que nos sintamos incapaces de hacerlo. ¿Dónde empezar? Hay tanto por hacer.
Esta es la razón por la que tu actitud es tan importante. Adopta una curiosidad abierta, cariño hacia ti mismo y sentido del humor. Debes adoptar la misma actitud que el hortelano sabio que entiende que no tiene ningún poder para crear tomates, sino establecer las condiciones adecuadas para conseguir que salgan unos tomates buenos y sanos. El enfoque debería de estar principalmente en el proceso en vez de obsesionarse por el resultado. Este enfoque desarrolla una actitud de paciencia y humildad.
Si adoptamos esta actitud de no apegarnos a algo y no rechazarlo tampoco, entendemos que la felicidad no es permanente; vendrá e irá según las condiciones. Se puede aplicar lo mismo a sentimientos negativos; tampoco son permanentes y en algún momento se irán. Empezamos el proceso de observar y aceptarnos a nosotros mismos. Es un proceso para toda una vida pero si adoptas estas percepciones, actitudes y prácticas, experimentarás en tu vida más ecuanimidad, alegría, adaptabilidad/flexibilidad, cariño, claridad, conexión y modestia, entre otras cosas.
Exploraremos estas prácticas en nuestros “Resilient Talks” y clases de meditación y movimiento online. ¿Te apetece acompañarnos y experimentarlo? También existe la opción de pasar 3 días con nosotros en los retiros que organizamos mensualmente en nuestra Finca las Bardas (Cantabria).
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