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AMAR ES UN VERBO

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Geoffrey Molloy

Mientras estaba sentado escribiendo esta mañana típicamente cántabra con niebla, Rhea entró en la oficina con el pelo mojado y radiante después de su paseo y meditación matinales. Como ocurre de vez en cuando, sólo al verle, me acordó una vez más del hombre afortunado que soy. Veinticuatro años juntos no siempre han sido fáciles; […]

marzo 18, 2013

BoletinesResiliencia - Mindfulness y más allá

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Mientras estaba sentado escribiendo esta mañana típicamente cántabra con niebla, Rhea entró en la oficina con el pelo mojado y radiante después de su paseo y meditación matinales. Como ocurre de vez en cuando, sólo al verle, me acordó una vez más del hombre afortunado que soy. Veinticuatro años juntos no siempre han sido fáciles; teníamos dos familias que fusionar e historias personales disparadamente diferentes. Miro hacia atrás a mi vida con una mezcla de incredulidad y agradecimiento. Mi infancia fue, digamos – un pelín complicada. Nunca me imaginaba que alguna vez tendría o disfrutaría lo que tengo ahora: un matrimonio estable, lleno de amor y libre de dramas; hijos felices y saludables, un trabajo que me encanta, viviendo en un sitio tan bonito.Me agrada que Rhea sienta lo mismo.

La vida que compartimos ha sido una sorpresa agradable para ambos. Me gustaría compartir con vosotros una ideas realmente útiles que han sido y probablemente siempre formarán una parte integral de nuestras vidas.

  1. No puedes realmente amar aquello que pienses que necesitas: Elegimos estar juntos, no necesitamos estar juntosSi crees que necesitas alguien, esto te coloca en un espacio sin poder, lo que acabará convirtiéndose en causa de celos y resentimiento. La realidad es que estar con alguien (da igual la manera de percibirlo) siempre es una elección. Cuando eliges estar con una persona, creas espacio para que el amor florezca. Cuando crees que necesitas a una persona, tu necesidad no deja espacio ni para elegir ni para amar.
  2. Acepta que eres “querible”: Esto suena sencillo, pero para mí, esto ha sido la lección más difícil de todas. Pues, para aceptar que seamos “queribles” tenemos que aceptarnos y querernos a nosotros mismos. Amar y permitir que nos amen, significa abrirnos hacia otros y hacernos vulnerables. Durante muchos años de mi vida, antes de conocer a Rhea y al principio de nuestra relación, ser vulnerable era algo que evitaba a toda costa. He aprendido que ser vulnerable es emocionante y da miedo a la vez. Es una sensación de estar “vivo”. Este regalo milagroso – la vida que disfrutamos pero damos por sentado, terminará pronto; todo es impermanente, nada es permanente. Sentirnos vulnerables, también significa sentirnos vivos.
  3. Sé agradecido: La configuración por defecto de nuestra mente es ver lo negativo. Nuestra atención se atrae naturalmente a lo que está mal, en vez de a lo que está bien. Desde luego, después de tantos años juntos, cada uno conoce muy bien los hábitos irritantes o molestos del otro; algunos nunca cambiarán. Si eliges amar a una persona, elige querer la totalidad. Cuando me encuentro irritándome (normalmente porque estoy yo cansado o cuando me siento agobiado), y volviéndome criticón de Rhea, es cuando empiezo a hacer un listado de todas las muchas maravillosas calidades que tiene y sentirme agradecido por ellas. Dentro de muy poco tiempo, mi irritación parece absurda y me siento enamorado de nuevo – lo que para mí y para ella es muy agradable e infinitamente más agradable que la irritación o ira.
  4. Realmente escucha: Pregúntate qué es más importante – ser bondadoso y feliz o tener razón. Casi todas las personas a las que he hecho esta pregunta, me dicen que elegirían ser bondadosas y felices por encima de tener razón. ¿Pero cómo solemos comportarnos? Normalmente nos comportamos como si tener razón fuese lo único que importa. Ésta es la razón por la que escuchar bien es tan importante. ¿Cuándo fue la última vez que realmente escuchaste a tu pareja? Realmente escuchar significa estar plenamente en el presente, prestando toda tu atención – todo de ti en la persona que está hablando – tu cuerpo, tu mirada y tu capacidad de oír. Esto significa escuchar sin mirar tu móvil, tus correos electrónicos – sobre todo significa escuchar sin intentar pensar en cómo le vas a responder. Realmente escuchar a una persona crea una conexión de corazón – algo que todos necesitamos – algo desafortunadamente cada vez más inusual en nuestras vidas frenéticas tan llenas de distracciones.
  5. Reuniones familiares: La decisión de vivir juntos y casarnos significó que Rhea y yo tuvimos que fusionar dos familias – lo que en aquel momento consistió en tres niñas de siete, cinco y tres años. Fue difícil para todos. Quiero decir, quién quiere compartir su mamá o papá con otras niñas pequeñas – desconocidas totales que casualmente pensaban lo mismo. El resultado, desde luego, incluía discusiones, disgustos, celos y necesidad emocional y otras emociones dolorosas, tanto por parte de las niñas como por parte de nosotros, los padres. La solución fue reuniones familiares – un encuentro semanal cuando niños y adultos podían decir lo que pensaban. Luego (para “simplificar”  las cosas se unieron un niño y una niña más a la familia y el formato ha sido modificado varias veces pero las reglas principales se han mantenido constantes hasta hoy: Una persona habla a la vez, siempre decir la verdad sin represalias. Fue una buena disciplina para todos, especialmente para los padres, ya que siempre teníamos que dar ejemplo y decir la verdad, incluso cuando nos hacía sentirnos incómodos porque la verdad no nos pintaba de manera muy positiva. Creo que esto ayudó a que los niños tratasen sus propias emociones incómodas algo mejor al ver cómo nosotros tuvimos que tratar las nuestras.
  6. Mindfulness y la meditación: A lo largo de los años, “mindfulness” momento a momento y la meditación formal han llegado a ocupar una parte cada vez más importante en nuestras vidas.Lo que empezó como teoría y práctica se ha convertido en una manera de vivir. Nos da el espacio mental, la ecuanimidad desde dónde podemos tomar decisiones mejores, gozar de una comunicación genuina, sentir una conexión con nosotros mismos y todo lo demás. De hecho, al escribir esto, no puedo pensar en un solo aspecto de mi vida que no ha sido mejorado con mindfulness y la meditación.

He escrito estas cosas con la humildad de saber que no existe una solución de “talla única” para el matrimonio o la vida en familia. Comparto esto contigo desde un sentido profundo de agradecimiento por mi propia vida. Sinceramente espero que al menos una de estas ideas sea de utilidad para ti.Si quieres saber más sobre estas ideas contacta conmigo.

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