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Kiira Cabrera

¡Únete a nuestra revolución de Alimentación Consciente – es fácil… ¡si sabes cómo! Esta revolución consistirá en información, consejos y recetas de nuestra cocina creativa que iremos proporcionando regularmente a través de boletines y “posts” en Facebook. En nuestros retiros la persona puede experimentar y vivir cómo se siente uno cuando cambia a la alimentación […]

abril 28, 2016

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¡Únete a nuestra revolución de

Alimentación Consciente – es fácil… ¡si sabes cómo!

alimentación

Esta revolución consistirá en información, consejos y recetas de nuestra cocina creativa que iremos proporcionando regularmente a través de boletines y “posts” en Facebook. En nuestros retiros la persona puede experimentar y vivir cómo se siente uno cuando cambia a la alimentación consciente.

Vamos a empezar por comentar la relación que tiene la alimentación consciente con el pH de nuestro cuerpo.

¿Y si fuese verdad que un exceso de acidez sea la razón por la que nos cuesta perder estos kilitos de más y también por la que a otras personas les cuesta ganarlos? ¿Si fuera verdad que es la raíz de muchas molestias y enfermedades que padecemos hoy en día?

Hay cada vez más estudios científicos que demuestran que es así, lo que nos lleva a lo importante que es minimizar los factores que acidifican nuestros cuerpos y maximizar lo que neutraliza la acidez.

Nuestro cuerpo funciona óptimamente cuando el pH de la sangre y otros líquidos corporales como el fluido intracelular, el fluido linfático, etc, se encuentra entre 7,37 y 7,39 aproximadamente. Nuestro cuerpo hará todo lo que pueda para mantener el pH en este rango pero a veces a expensas de nuestra salud a corto, medio y a largo plazo. (El pH ideal varía de un órgano a otro. Por ejemplo, debido a los jugos gástricos, el pH de nuestro estómago será más ácido (entre 1 y 3) que el pH de nuestra sangre y en el páncreas se registrará probablemente un pH de entre 8.0 y 8.3).

La vida moderna – nuestra forma de alimentarnos, las prisas, el estrés, la ansiedad, etc – en su conjunto tiende a acidificar nuestros cuerpos. Esta acidificación causa todo tipo de estrés en el cuerpo y está relacionada directa o indirectamente con las siguientes molestias y enfermedades: falta de energía, fatiga, mala circulación, sobrepeso o falta de peso, irritabilidad, nerviosismo, inflamación, problemas gastrointestinales, diabetes, cáncer, cálculos biliares o de riñón, alergias, eczema, psoriasis, osteoporosis, artritis, gota, por nombrar algunas.

No se trata de alcalinizar el cuerpo como tal, ya que tu cuerpo tiene mecanismos para asegurar que no se desvíe de ese pH levemente alcalino, sino que se trata de proporcionarle las herramientas que necesita para que pueda mantenerlo con el mínimo esfuerzo.

De esta manera no sólo prevenimos muchas molestias y enfermedades, aumentando las probabilidades de liberarnos de ellas; no sólo equilibramos nuestro peso; no sólo evitamos la necesidad de medicarnos, sino que también nos damos la posibilidad de experimentar un enorme aumento de energía y vitalidad y mantenernos más jóvenes más tiempo. ¡Imagina las posibilidades!

La alimentación consciente consiste en comer  con plena atención y una alimentación basada en comida viva, fresca, casera, aprovechando las maravillas de las plantas y como consecuencia feliz neutralizamos acidez.

De nuestra cocina creativa compartimos la siguiente receta:

Crema Curativa para la Barrigacrema para la barriga

Una crema que deja un residuo mineral alcalinizante en el cuerpo; es rica en antioxidantes, muy anti-inflamatoria, satisface y alegra el paladar.

Ingredientes:

  1. Hervimos las lentejas en agua hasta que estén blandas. (Las peladas no tardan nada y sientan algo mejor en el estómago. Sin embargo, las lentejas “normales” valen también).
  2. Picamos la cebolla y ajo y los sofreímos a fuego lento en el aceite en una cazuela grande.
  3. Mientras tanto, pelamos y cortamos el boniato y zanahorias y las añadimos a la cazuela, removiendo con una cuchara grande de madera durante dos minutos.
  4. Añadimos el caldo o suficiente para cubrir y dejamos cocer todo durante 10 minutos a fuego lento más bien para respetar los nutrientes lo mejor posible.
  5. Añadimos las lentejas y dejamos cocer todo durante otros cinco minutos.
  6. Pelamos el aguacate y lo añadimos a la cazuela junto al pimiento rojo sin pepitas y cortado en trozos, parte de los anacardos y las espinacas. Terminamos por echar mano al “Brrrmm, brrmm” (Así lo llamamos en nuestra familia – miniprimer, batidora o similar) hasta conseguir una crema. Añadimos algo de agua para conseguir la textura que nos gusta. Utilizamos el eneldo, perejil o cilantro y el resto de los anacardos picados como guarnición.

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